Héctor Yunes Landa
La esterilidad de los bloques de oposición
sistemática.
La semana pasada en este mismo espacio, afirmé, que la Reforma Laboral
tiene el carácter de urgente precisamente por ser una de las llamadas reformas
estructurales que requiere México para el crecimiento económico y el desarrollo
sostenido. Pero el carácter de urgente no está reñido con un análisis profundo
y el respeto a nuestra Constitución; esto implica una actuación seria y
responsable por parte de los legisladores.
Los cambios en México deben guardar ciertas características esenciales:
deben ser mediante la suma de voluntades de las fuerzas políticas con el aval
ciudadano, deben ser sometidos a una deliberación constructiva, también deben
estar en concordancia con nuestro marco jurídico actual, en especial con los
preceptos constitucionales. Los debates
formulados al discutir una reforma no deben ser incendiarios para el país, ni
presuponer confrontaciones que generen desconfianza entre los actores políticos,
porque esto en nada beneficia a los mexicanos. Ni como Estado ni como gobierno
podemos actuar con despotismo ni autocracia, sin considerar que de la
deliberación surgen los elementos necesarios para la negociación y concertación
políticas con los involucrados en un proceso de reforma. Solo esto hará viable
y posibles las reformas estructurales.
En el PRI deseamos devolver a México la estabilidad política y la paz
social que se vieron afectadas desde hace algún tiempo, por los gobiernos de la
derecha, que pretendieron imponer decisiones políticas a sangre y fuego. Los
gobiernos emanados del PRI se caracterizaron por mantener el orden social y la
estabilidad política, y en ellos se dieron cambios graduales mediante los
cuales se lograron conquistar derechos sociales y crear instituciones que
fortalecieron nuestra democracia.
Hoy estamos en un momento histórico donde podemos gestionar cambios para
posicionar a México como un Estado que cumple con sus compromisos internos
hacia los ciudadanos y los compromisos externos hacia los otros Estados.
Contamos con las herramientas y la disposición en el PRI para construir en el
presente, un futuro económico y social que genere beneficios para todos los
mexicanos por igual.
No podemos entender ni considerar buena la creación de un bloque de
partidos para tratar de imponer sus criterios a la nación; esto sería en contra
del consenso necesario para que la reforma laboral sea viable y podría generar
más problemas que soluciones, frenando las posibilidades actuales de bienestar
social y desarrollo económico en México, como pretenden el PAN, el PRD y
Movimiento Ciudadano con su “bloque legislativo”. La predisposición de algunos
legisladores, es realmente insana y deplorable, el presidente electo aún no
está en funciones como para estimar que toda iniciativa de reforma que presente
será “insana”.
El presidente Enrique Peña Nieto ha demostrado desde el momento en el que
la ciudadanía le otorgó el voto de confianza la disposición de trabajar en
conjunto con todas las fuerzas políticas y sociales del país, pero sobre todo
la capacidad propositiva en pro de la democracia y del bienestar social
igualitario en México. Ha dado su respaldo a las iniciativas propuestas por el
presidente Felipe Calderón siempre que se cumpla con la Constitución y que
las reformas se traten de la manera más benéfica para los ciudadanos.
Debemos aprovechar la coyuntura de oportunidades con las que cuenta México
hoy para posicionarse como una economía importante y una sociedad avanzada,
precisamente por eso no debemos caer en prisas poco benéficas, tenemos que
entender también que no podemos dejar de lado principios constitucionales
relevantes para la vida laboral pues esto podría decantarse en una declaratoria
de inconstitucionalidad por parte de la SCJN. Los legisladores debemos conducirnos con
sobriedad sin radicalizar las posturas, ya que esto puede generar conflictos
sociales de grandes proporciones y que retrasarían los avances y beneficios que
hoy podríamos lograr.
No se trata de imponer voluntarismos que podría sumir a la nación en un
caos social, como ha ocurrido con la guerra del PAN y su gobierno contra la
delincuencia organizada, que si bien podría haber sido necesaria, fue sin un
plan ni una estrategia inteligentes, y sobre todo sin el consenso indispensable
en el seno del Estado, que le habría dado una gran fuerza y viabilidad.
La Reforma Laboral, como ha expresado el diputado Manlio Fabio Beltrones, está aprobada en un
90%; son solo 8 artículos los que se deben debatir y estudiar en profundidad.
Algunos se empeñan en el tema de la denominación de iniciativa preferente a la
que también me referí la semana pasada, y me sostengo en la misma línea, lo
importante no es la denominación sino la aprobación de la reforma, pero no
basta con aprobarla, porque en esta legislatura buscamos hacer las cosas lo más
cercano al ideal, por lo cual deseamos que todo lo que se apruebe sea con la
calidad y viabilidad surgidas del consenso y el acuerdo políticos.
El sentido de las alianzas legislativas debe darse caso por caso, porque de
otro modo se desnaturaliza su función, es decir que si desde ahora los partidos
que conforman el “bloque legislativo” van actuar así en forma sistemática y
poco constructiva, porque lo que la visión particular de cada partido pudiera aportar
a la deliberación queda supeditada a la necesidad de votar en bloque. Nosotros
desde la fracción del PRI en el Senado no aspiramos a vigilar únicamente,
queremos trabajar por el bien de México, queremos ser propositivos y
constructivos, queremos que los mexicanos por fin marchemos en la misma
dirección, en unidad, con los objetivos claros y compartidos.
No respaldaremos caprichos legislativos de ninguna fuerza política o bloque
que busque obtener mayor tajada política, es el PRI a través del presidente
electo, de los legisladores de sus bancadas a los que los ciudadanos les
otorgaron el liderazgo político en el país y por eso no vamos a fallar, todo el
que desee sumarse con su esfuerzo es bienvenido, todo el que quiera aportar
tendrá su reconocimiento en el desarrollo mismo de México.
Hay que dejar atrás los prejuicios insanos y hay que dejar en el olvido los
tiempos en que los esfuerzos divididos se diluían y no lográbamos los
objetivos. Todos queremos lo mismo el bienestar de México, pues es el momento
de que todos unidos vayamos por el mismo camino sumando esfuerzos y apoyándonos
mutuamente.
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