lunes, 19 de noviembre de 2012

CALDERON CRITICO EL LLAMADO COMBATE A LA POBREZA QUE HACEN TODOS LOS POLITICOS



TLACOACHISTLAHUACA, Gro., 19 de noviembre de 2012.
 Palabras del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Felipe Calderón Hinojosa, durante la Inauguración de la Carretera Tlacoachistlahuaca-Metlatónoc, Tramo 0 al Kilómetro 62 y 91 al Kilómetro 100, que tuvo lugar en este municipio.
            Qué tal, buenos días, amigas y amigos.
            Qué gusto saludarles, qué gusto venir aquí, a esta zona de La Montaña de Guerrero.
           Saludo y agradezco mucho sus palabras al Gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero. Gobernador, muchas gracias, de veras. Gracias por estos tiempos que nos tocó coincidir en la responsabilidad pública. Y gracias siempre por el entendimiento y la cooperación que encontramos en usted y en su gobierno para sacar adelante nuestra labor. Y, desde luego, gracias por las palabras que me acaba de decir.
   Saludo al Diputado Antonio Gaspar Beltrán, Presidente del Congreso.
 Y al Magistrado Jesús Martínez, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Guerrero.
         A don Amando Ramos Brito, Presidente Municipal de Tlacoachistlahuaca. Muchas gracias, don Amando. La verdad, es que aprecio muchísimo sus palabras.

            Saludo al General Guillermo Moreno Serrano, Comandante de la IX Región Militar. Transmítale, también, nuestro saludo y gratitud a la tropa, General, por todo el servicio que le han prestado a los guerrerenses y a los mexicanos.
          Saludo a todas las Diputadas, Diputados, que están por aquí.
           También, sé que hay algunos Alcaldes, los saludo, también, con afecto.
             Está Amando Ramos, ya lo mencioné, de Tlacoachistlahuaca; Demetrio Guzmán, de Juchitán, Guerrero; está Antonio Vázquez, de Ometepec; Celerino Rojas, de Xochistlahuaca, también; Severo Castro, de Ayutla; Gustavo Villanueva, de San Marcos; Emmanuel Quiñónez, de Tecoanapa, Guerrero.
            No sé si me falto alguno, por ahí. Pero, muchas gracias.
           Ah, bueno, Presidente, cómo te llamas, Presidente. Neftalí Hernández, de Metlatónoc, por supuesto.
             A todos ustedes, muchas gracias, amigas y amigos, por estar aquí.
             Qué gusto, además, también, les confieso, qué emoción el estar aquí, en Tlacoachistlahuaca, nuevamente, porque, efectivamente, como recordaba el Gobernador, aquí realicé mi primera Gira de Trabajo como Presidente de la República.
             Una gira en la que me comprometí a ir a los lugares más pobres de México, para encontrar la manera de aliviar, aunque fuera un poco, la extrema miseria de su gente.
            Vine, entonces, como parte de un programa importante para mi Gobierno, que fue la Estrategia 100 x 100.
            En qué consistió eso.
            Que escogimos los 100 municipios más pobres de todos los indicadores que había para echarles fuertemente la mano, y así, en Tlacoachistlahuaca, en el propio Metlatónoc y en municipios de Oaxaca, de Michoacán, de Chiapas, de Durango, de Nayarit, de Veracruz, de muchas partes, de Puebla, donde están los 100 municipios más pobres de México; de Chihuahua, de la Tarahumara, le metimos todo lo que pudimos.
            Metimos agua potable, metimos drenaje, metimos alguna cliniquita de salud, a toda la gente, prácticamente, entró al Programa Oportunidades, toda la gente mayor entró al Programa de 70 y Más, y metimos caminos rurales, algunos pequeñitos, amigas y amigos, otros más grandes, como este camino de Metlatónoc a Tlacoachistlahuaca o viceversa.
             Y fue difícil, amigas y amigos, para todos los mexicanos, lo sé, estos años, porque, entre otras cosas, nos cayó a México la peor crisis económica, o por lo menos la peor crisis financiera en la historia moderna de la humanidad. La quiebra, prácticamente, de países enteros.
             Y un país que se la pasó muy mal fue Estados Unidos, y nos cayó, literalmente, encima, porque los americanos dejaron de comprar las cosas que les vendíamos y porque los americanos dejaron de visitarnos en aquellos momentos.
        Y nos bajó mucho el ingreso a los mexicanos. Hubo un momento en que México perdió casi la décima parte de su ingreso, es como si le hubiéramos cortado un cachito de la décima parte de la economía mexicana y al bolsillo de cada uno de los mexicanos.
   Sin embargo, paradójicamente, amigas y amigos, la desigualdad en México se redujo en ese momento.
     Por qué.
             Porque el golpe fue muy severo en toda la sociedad, pero a la gente más pobre la protegimos; la cubrimos como pudimos, a través de los programas sociales, a través, insisto, de Oportunidades, del Programa de Apoyo Alimentario, del 70 y Más, del Seguro Popular, de los proyectos productivos para la gente pobre, de los proyectos de apoyo a las artesanas y a los artesanos de México, de los activos en el sector rural, de los programas de SAGARPA, del Programa de PROGRAN, también, del PROCAMPO. En fin.
       Le metimos muy fuerte a los programas sociales y, en lugar de reducirlos, los aumentamos.
            Y otra cosa que hicimos, fue meterle muy fuerte a la infraestructura de las zonas más pobres de México. A eso obedece el camino, la carretera tan bonita, además, la vimos ahora desde el aire y le vamos acá, a mis espaldas, la Carretera de Metlatónoc-Tlacoachistlahuaca, que no es, amigas y amigos, ustedes lo saben, no es simplemente una carretera que une dos municipios muy pobres de México. Es la carretera de la Montaña Alta de Guerrero. Es la carretera que une a la zona más pobre de México, me atrevo a decirlo.
           Y la une, porque genera empleo, la carretera, genera al construirla, y genera, también, que el que puede vender su mercancía, que antes no podía, porque a la mejor, si mataba a una res para irla a vender a Tlapa, tenía que echarse los tres días, se le echaba a perder la res en el camino. Ahora, puede ir a venderla.
            Porque, también, si necesita que el muchacho vaya a la preparatoria, puede ir y puede venir, quizá, algún fin de semana. Y si tiene algún enfermo lo puede llevar a un hospital. Antes se le moría.
            Esa es la diferencia, amigas y amigos, de un camino como este. Y me decían a mí, y no dudo que haya quien me siga diciendo: Cómo vas a hacer una carretera de mil 500 millones de pesos, calcúlenle ustedes, son como 15 millones de pesos el kilómetro; mil 500 millones de pesos para, lo que dice ahí, 270 coches.
           No, amigos, no son los 275 coches. Eso son los que pueden pasar la brecha, camionetas altas. Hace rato vi una camionetita con redilas y tubos, me imagino que es donde se transporta la gente, en condiciones muy difíciles, muy inseguras.
           Me imagino esas camionetas y la gente que va en ellas en la brecha, brincando ahí las piedras, los charcos, las zanjas, las barrancas. Lo que significa ese esfuerzo que, además, ha de ser caro para la gen
            Y por esa razón, es importante abrir caminos para la gente más pobre, porque son caminos que abren las oportunidades. Y no sólo son los 275 coches, habrá mucho más, pero es, también, la posibilidad de que varias decenas de miles de las mexicanas y los mexicanos más pobres puedan tener una oportunidad de trabajar, de ir a la escuela, de ir al doctor, de comunicarse mejor.
             Y por esa razón, amigas y amigos, invertimos en las zonas más pobres de México, aunque para algunos no se justificaba, no tenían el tráfico suficiente para justificarse, o no tenían como, dicen ahora, el flujo de automóviles.
             No, no es una cuestión de flujo, no es una cuestión de pesos y centavos, es una cuestión de gente; es una cuestión que tiene que ver con pelear contra la pobreza, en serio.
             Porque cuántos discursos ha habido en México contra la pobreza, amigas y amigos. Cuántos discursos ha habido en México de combate a la miseria que se vive en esta zona de La Montaña Alta de Guerrero. Cuántos gobernantes. Cuántos Presidentes. Cuántos Secretarios. Cuántos Diputados han venido a decir lo mismo.
             Yo vine a decirlo, también, amigas y amigos, con una pequeña diferencia, yo, también, vengo a hablar en contra de la pobreza, pero, también, me traje la carretera. Esa es la diferencia.
            Así que, para mí es muy emotivo estar aquí. Recuerdo cuando veníamos a estas zonas, allá, más por el rumbo de Ometepec, de Xochi, también, con Carlos Castillo Peraza, en paz descanse, aquí, me acompaña Julio, uno de sus hijos. Gracias, Julio.
             Y él estaba muy metido con la gente, particularmente, con los amuzgos de Guerrero. Y hacía todo lo posible por comercializar las prendas, las vendía entre los amigos, entre sus colaboradores.

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