Xalapa, Ver., a 21 de noviembre 2012. Comunicado No. 6656-12
El médico de la Coordinación de Prevención y Atención a la Salud del
Instituto Mexicano del Seguro Social, José Luis Barradas Velásquez, manifestó
que las cicatrices queloides son crecimientos
exagerados del tejido cicatricial que se presentan en el sitio de una lesión de
piel.
“Este padecimiento es más frecuentes en mujeres jóvenes.
La queloidosis es un término usado cuando se producen queloides múltiples o se
repiten. Este mal puede afectar psicológicamente al que las padece”.
En
ese sentido declaró que las cicatrices queloides se
presentan secundarias a lesiones de la piel tales como incisiones quirúrgicas,
heridas traumáticas, sitios de vacunación, quemaduras, varicela, acné y en
ocasiones a raspaduras (laceraciones menores).
“La mayoría de los queloides se aplanan y se hacen menos
visibles con los años y pueden irritarse debido al roce de la ropa u otras
formas de fricción. Estas lesiones en su versión extensa pueden limitar la
movilidad, además de causar cambios cosméticos y afectar la apariencia”.Con respecto a los síntomas dio a conocer que las cicatrices queloides son de color carne, rojas o rosadas que se presentan posterior a una herida y normalmente son nodulares o con rebordes. Dicha cicatriz puede provocar comezón (picar) durante su formación y crecimiento.
Barradas Velásquez añadió que el diagnóstico de la cicatriz queloide se realiza sobre la base de la apariencia de la piel o una cicatriz y se solicita una biopsia de piel para descartar otros tumores cutáneos.
El tratamiento dijo que las lesiones pueden reducir de tamaño a través de la aplicación de frío (crioterapia), presión externa, inyecciones de corticoesteroides, tratamientos con láser, radiación, o extirpación quirúrgica.
“Las cicatrices queloides una vez extirpadas no es común que reaparezcan, pero puede suceder algunas veces que se presenten de mayor tamaño”.
Finalmente, sostuvo que las cicatrices deberán permanecer cubiertas al sol durante el primer año de formación, ya que la luz solar provoca que se torne de color oscuro, coloración que se vuelve permanente. También se puede recurrir a un protector solar.
“Éstas no representan un peligro médico, pero pueden afectar la apariencia cosmética y por ende afectar psicológicamente al paciente, máxime si son grandes o desfigurantes”.
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