domingo, 9 de junio de 2013

La delincuencia organizada si esta presente en la ciudad de México


 Por: Marco Antonio Martínez - junio 9 de 2013 - 0:06 Destacadas, México, TIEMPO REAL, Último minuto - 8 comentarios   Ciudad de México, 9 de junio (SinEmbargo).– La delincuencia organizada sí está presente en la Ciudad de México, y se manifiesta en casos como el de la desaparición de las 12 personas en el bar Heaven de la Zona Rosa.
 También en las ejecuciones ocurridas este año en el Distrito Federal, en la bala perdida que mató a la niña de ocho años Esmeralda García, en Iztapalapa, y en la serie de 22 delitos menos visibles pero igual de dañinos, como son la piratería y la trata de personas.
 Pretender borrar palabras como “delincuencia organizada” o negar que exista esa problemática en la Ciudad de México, tal como pretenden las autoridades del Gobierno del Distrito Federal (GDF), no es como se elimina el problema, advierte el experto italiano en seguridad, Stefano Fumarulo.
 Asiduo visitante de México, integrante de la Misión Libera, un grupo encabezado por Edgardo Buscaglia que elaboró el estudio “México. La Guerra Invisible”, el investigador sigue de cerca temas como el narcotráfico y las desapariciones no sólo en el DF, sino en todo el país.
 Sobre la desaparición de las 12 personas ocurrida el 26 de mayo pasado en el bar Heaven de la Zona Rosa, el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, dijo que no estaban desaparecidos sino “ausentes”.
 A pesar de la sospecha que fueron privados de su libertad por un comando, el titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), Rodolfo Ríos, aseguró que no hay presencia de delincuencia organizada en la capital del país.
 “Ausente o desaparecido, no veo la diferencia”, apunta el experto, quien compara la estrategia de comunicación de Mancera Espinosa con la del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa. “Calderón llamaba ‘daños colaterales’ a los miles de muertos o desaparecidos.
 Cada quien puede usar su definición preferida, pero el asunto es que sí desaparecieron 12 personas”, dice. Asimismo, lamenta que haya un trato discriminatorio hacia las víctimas, como justificar que por ser de Tepito se lo merecían, o no resolver y apenas mencionar el caso de la niña Esmeralda García, muerta por una bala perdida en lo que parece una persecución entre sicarios. 
“Si esa niña de ocho años en lugar de apellidarse García hubiera sido hija o hijo de algún político institucional o cultural, ¿qué hubiera pasado? Se hubiera tenido una reacción fuerte, eso es un mecanismo fuerte que debe romperse en México”. 
También dice que el Distrito Federal ya no está a salvo de la delincuencia organizada.
 “Lo que vemos es que se pensó que el DF era un oasis y ya no es así. 
Como ocurrió en Acapulco, Guerrero, uno de los sitios turísticos más exclusivos del mundo, de repente la capital de México también se ha vuelto peligrosa”. 
PRECEDENTES La desaparición de las 12 personas ha ocupado la atención de los medios de comunicación nacional durante más de una semana.
 Ante el vacío informativo, diversas versiones se han creado para explicar el hecho: Desde la descalificación de los desaparecidos por ser del barrio de Tepito, zona conocida por la venta de mercancías ilícitas, hasta decir que es una conspiración contra el gobierno encabezado por Mancera Espinosa. 
Incluso, al inicio de esta semana, algunos allegados al GDF dejaron entrever que el caso daría un giro sorpresivo y que no había tal desaparición. 
Pero el jueves 6 de junio, las autoridades reconocieron que sí fueron recogidas las 12 personas del bar, tal como desde hace más de una semana acusaron los familiares. 
Sin embargo, diversas fuentes indican que la desaparición viene precedida de otros sucesos donde podría estar presente la delincuencia organizada. Una de las jornadas más violentas que ha vivido este año la capital fue la del 11 y el 12 de enero, cuando 11 personas fueron ejecutadas entre la noche del viernes y el sábado, en un lapso de 15 horas.
 Un mes después, el 15 de febrero, el empresario Fernando López Salinas, dueño de bares, recibió seis balazos que acabaron con su vida. Se dice que ya desde 2010 había recibido amenazas por parte de narcotraficantes encabezados por Edgar Valdez Villarreal, conocido como “La Barbie”.
 El 5 de marzo, otros cinco hombres fueron ejecutados: cuatro en la Delegación Gustavo Madero y el otro en la Miguel Hidalgo.
 El 23 de mayo fue asesinado un parroquiano en el bar Black de la colonia Condesa, tres días antes de lo ocurrido en el Heaven.
 Algunos consideran que este caso podría estar relacionado con la desaparición de las 12 personas. Un día después de la desaparición de los tepiteños, Esmeralda García de ocho años de edad falleció a consecuencia de una bala perdida que se le incrustó en el pecho.
 La menor recibió el impacto cuando dos jóvenes en motoneta, que perseguían a otro grupo, dispararon y la mataron. Los hechos ocurrieron en la Delegación Iztapalap, y al respecto Mancera lamentó los hechos y dijo que la PGJDF ya tenía avances en las investigaciones para dar con los responsables.
 Sin embargo, aún no hay detenidos. Todos estos son casos que han levantado menor revuelo que el de los desaparecidos, pero resultan igual de graves, dice Fumarulo. “Lo que pasa es que en Iztapalapa luego no se saben cosas, y muchas veces los periodistas –a pesar de que quieren hacer su trabajo– no tienen la libertad o espacio para hacerlo porque los grandes editores están condicionados por el Poder Ejecutivo”, expone.
 SITUACIÓN EN EL DF La situación en el DF es como todas las grandes capitales: esquizofrénica, con un centro de negocios donde casi no pasa nada, o las zonas residenciales más exclusivas donde el índice delictivo es muy bajo y a lo mejor a tres, cuatro o cinco kilómetros hay zonas totalmente descontroladas. Un caso así se vive en la Delegación Gustavo A. Madero. 
“En la colonia La Pastora en los últimos dos meses ha habido más de 20 muertos (por causas violentas) y obviamente los muertos hacen menos ruido que los desaparecidos, en particular cuando la gente ya está acostumbrada a las víctimas de asesinatos”, dice. 
Pero los homicidios no son la única manifestación de que el crimen organizado campea ahí. Los delincuentes han roto las luminarias para que en la noche con la oscuridad ellos cometan sus delitos.
 “La gente tiene miedo de salir de su casa, tiene miedo de sus mismos vecinos, ahora no hay respuesta represiva que pueda modificar un sentimiento de aislamiento”, añade. 
Sin embargo, los muertos y los desaparecidos son las dos caras de una misma moneda, dice el especialista. Explica que es común cometer el error de fijarse en el alto número de delitos violentos, desapariciones y homicidios sin fijarse que los cárteles mexicanos de narcotráfico operan y cometen 22 tipos de delitos, entre los cuales están el contrabando, la trata de personas, la piratería, entonces el enfoque no puede ser simplemente dirigido hacia los delitos violentos.
 TRATO DISCRIMINATARIO El viernes pasado, Miguel Ángel Mancera, al referirse al ataque que un grupo armado realizó contra cuatro personas en un gimnasio de Tepito, de donde precisamente son las personas desaparecidas, lo definió como “un brote de violencia, un asunto entre pandillas”, y descartó que haya relación entre ambos sucesos. 
Incluso dijo que hay intentos de desestabilizar la ciudad. Para el analista, los desaparecidos no pueden ser además víctimas de discriminación. “Yo he leído que en algunos medios de comunicación escriben: ‘bueno, eran de Tepito’, como si ahí sólo vivieran narcotraficantes, o he leído que cuatro de los desparecidos tienen relaciones familiares con jefes de Tepito. 
Bueno, esas personas están en la cárcel”, explica. “Lo que se me hace raro es primero el uso de conceptos de derecho penal: si son de Tepito son secuestrados o asesinados, si son de la Condesa no.
 Las víctimas son todas iguales. A menos que no esté aclarado, como en un enfrentamiento de grupos. Estamos hablando de víctimas potencialmente inocentes”, destaca.
 A pesar del trato discriminatorio, el que el hecho haya ocurrido en la Zona Rosa le dio mayor relevancia, aunque las autoridades en principio negaron su importancia y las irregularidades en una zona tan vigilada, añade. 
“La costumbre de negar problemas está regresando como boomerang, porque la Zona Rosa es de las más turísticas de la noche y ahora va a ser difícil explicar cómo desaparecen 12 personas sin ser videograbados y no hay policías que normalmente están en la zona. 
Yo he caminado en la Zona Rosa y había muchos policías. Ahora sí puede pasar que haya una contingencia negativa, que no hubiera control, pero se me hace raro”, reconoce.
 El experto observa que en México las víctimas tienen trato diferente. Cita el caso de la niña Esmeralda García, muerta porque simplemente estaba jugando frente a su casa, y de la cual aún no se resuelve el caso. Situación que por lo demás no es privativa de México. “No digo que no ocurra en Italia.
 En la masacre más famosa de Italia, ocurrida el 23 de mayo de 1992 cuando murió el juez Giovanni Falcone, los periódicos y las instituciones decían: ‘Se murió el juez Falcone, su esposa y jóvenes de la escolta’, hasta que la mamá del jefe de escoltas salió y dijo: ‘Mi hijo tenía nombre y apellido, es Antonio Montinaro y murió igual que Giovanni Falcone, por culpa de la mafia y quiero que se le dé la misma atención y relevancia’”, recuerda.
 Así que “no es ignorándolos que no se repite, no es borrando las palabras delincuencia organizada o asesinados que no existen.
 He tenido discusiones con el Embajador de México en Italia. José Luis Cabañas, le he escuchado decir que en México o en Juárez hay menos víctimas que en Chicago, pero eso no es cambiar el problema, el problema es que hay víctimas, pocas o muchas no cambian”. 
COMO CON CALDERÓN Fumarulo ha sido un continuo crítico de la estrategia represiva contra el tráfico de drogas, como es sacar al Ejército a combatir contra el crimen organizado.
 “Empezaron con Vicente Fox, con Felipe Calderón no cambió nada sino empeoró las cosas porque la delincuencia organizada es un cáncer y se infiltra, y es más y más poderoso cuando no hay una terapia eficaz y que tiene como única herramienta poner al Ejército en las calles.  Eso no es una solución de terapia y ha fracasado”.
 También critica el rol del Poder Judicial y se refiere en específico al caso de Noé Ramírez Mandujano, encarcelado por sus presuntas ligas con el crimen organizado y a quien liberaron al descubrirse que no tiene nada que ver con las acusaciones que le habían formulado.
 El combate al crimen organizado pasa por medidas y herramientas de inteligencia financiera, herramientas de prevención social verdadera y de adopción de leyes eficaces, considera.
 “No es diciendo que no hay mafia como ésta desaparece. Las estrategias existen, es igual que en Ciudad Juárez, Chihuahua, que Torreón o Saltillo, en Coahuila. Hay que adoptar medidas claras, luchar contra la corrupción y perseguir a los corruptos, en particular a los que están en las fuerzas del orden.
 También aclarar por qué hay tantos casos de desaparecidos donde, según testigos o los familiares, la policía municipal de muchas ciudades tiene su rol.
 Hay que explicar por qué es necesaria la justicia y romper esa visión que hay diferentes tipos de víctimas”, concluye.

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