Livia Díaz
En días de elecciones, los y las aspirantes a alcaldes se reúnen con toda clase de personas y escuchan las solicitudes más insólitas, algunas de ellas no tienen justificación pero obedecen a la situación social nacional y mundial.
A la candidata del PAN, Liz Macías, le tocó escuchar a un grupo de señoras a las que les preocupa cómo va a resolver el problema de lavaparabrisas y maromeros que se ponen en los semáforos y no las dejan pasar con sus camionetas.
Yo pienso que deben irse a vivir a Boca del Río porque allí aprobaron los hoteleros una ley en contra lavacoches, franeleros, limosneros e indigentes, ayer.
Es una lástima que eso esté pasando en el país, y en el mundo.
Ya lo dijo ayer el Papa Francisco, este planeta está lleno de gente que habla y gasta y no mira a sus semejantes como tales, e incluso así como desecha las cosas que no sirve, intentan que se deseche a las personas.
A otro candidato, Toño del Valle, del PRD, le tocó la solicitud de cosas para la vida, agua, saneamiento, caminos, y cada que se va casa por casa se va a encontrar peticiones como esa, porque es el síntoma del día, el mal del pueblo, de la urbanización a ultranza, de la transformación de las comunidades en colonias y las colonias en el hábitat de la sociedad moderna.
Ignoro si alguna persona de la ciudad ha vivido esa transformación consciente de los recursos naturales. Así como la gente de Poza Rica sucumbió a la tentación de echar sus desechos a los arroyos en los que de niño se bañaba, dejó cortar los árboles que trepó, dejó de cultivar y criar animales, y de consumir fruta del árbol del patio.
La gente moderna aspira a que en la colonia la calle esté pavimentada para no enlodarse en las lluvias, incluso batir el lodo es tema para noticias sobre miseria y marginación; la gente moderna no quiere casas de madera, por muy californianas que estén, sino de materiales firmes para que no las tumbe ningún lobo feroz.
A Alfredo Gándara, candidato a diputado del PRI, ya le tocó que le pidan más zonas públicas, que termine lo que empezó recuperando espacios públicos, entrometiéndose hasta en los panteones en donde llegó con la promoción cultural y también que siga haciendo parques y bibliotecas.
La gente de Poza Rica se reúne ahora también en áreas verdes con instalaciones aptas para deportes, caminatas, convivios; y cada vez socializa más al interior de sus colonias que vueltas urbanizaciones siguen siendo comunidades aisladas y con usos y costumbres distintos.
.-o
No hay comentarios:
Publicar un comentario