jueves, 20 de junio de 2013

En 14 años, tres presidentes fracasaron al intentar una Reforma Energética; el Congreso los frena


 Por: Redacción / Sinembargo - junio 20 de 2013 - 0:00 Destacadas, México, TIEMPO REAL, Último minuto - 4 comentarios   Ciudad de México, 20 de junio (SinEmbargo).- Enrique Peña Nieto es el cuarto Presidente de México al hilo que trata de impulsar una Reforma Energética integral en los últimos 14 años. 
Antes de presentar una iniciativa formal, ya enfrenta las críticas de opositores que condenan la eterna intención de abrir Petróleos Mexicanos (Pemex) a la inversión privada. 
En entrevista publicada el martes por el diario inglés Financial Times, el titular del Ejecutivo federal aseguró que la necesidad de modernizar a Pemex se acordó en el marco del Pacto de México y expuso que la reforma, que se presentará a más tardar en septiembre, incluiría “los cambios constitucionales necesarios  para darle certeza a los inversionistas privados”. 
Se comprometió a seguir adelante con una transformación fundamental de Pemex, aunque consideró que hay diferentes opciones respecto a cómo deberá ser la reforma, “pero estoy seguro que será trascendental”. “La democracia consiste en el respeto a la mayoría, no se trata de la unanimidad”, dijo.
 Posteriormente, el mandatario rectificó lo publicado por el rotativo y explicó que aún se evalúa si la reforma consistirá en una modificación constitucional o sólo a la legislación secundaria. ‘‘Son temas que se están valorando en el acuerdo del Pacto por México antes de enviar la iniciativa’’, aseguró ante medios de comunicación. Foto: Cortesía Xinhua LA ILUSIÓN ENERGÉTICA La intención presidencial de aplicar una reforma energética integral, data de 1999 y aunque se han aplicado cambios en la materia, no se han realizado los necesarios para detonar la producción de hidrocarburos en el país y crear la tecnología necesaria para su explotación. 
Principalmente porque el Poder Legislativo, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil se han convertido en un muro de contención por el que no pasa nada tendiente a privatizar el sector. 
El primer intento lo hizo Ernesto Zedillo Ponce de León: el 2 de febrero de 1999, en el tramo final de su sexenio (1994-2000), envió a la Cámara Alta del Congreso de la Unión, una iniciativa de reforma a los artículos 27 y 28 de la Constitución con el propósito de iniciar la reestructuración del sector eléctrico de México, que abriera espacios a la participación de la iniciativa privada en el sector eléctrico actualmente reservado exclusivamente al Estado, y ampliara la participación en la explotación y procesamiento de hidrocarburos.
 La propuesta recibió tal rechazo del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que Zedillo ya no se atrevió a presentar el complemento de su reforma energética, que se ampliaba hacia los sectores gas y el petróleo.
 Al de Zedillo siguió el intento de Vicente Fox Quesada (2000-2006) el primer Presidente de oposición en el país. Fox envió al Congreso una propuesta de reforma energética, también enfocada exclusivamente al sector eléctrico, mediante la apertura a la iniciativa privada pero sin desaparecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
 Fox consiguió el apoyo de las cúpulas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero un sector de este partido se alió al PRD para impedir el paso de la reforma, Fox decidió no presentar las iniciativas en materia de petróleo y gas.
 El último en la lista de intentos fracasados por impulsar una reforma energética integral fue Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012). 
Calderón intentó impulsar una reforma energética integral, pero solo logró que el Congreso aprobara, en medio de bloqueos callejeros de seguidores de Andrés Manuel López Obrador, una reforma petrolera light cuyos beneficios son hasta la fecha casi imperceptibles, a jucio de expertos en la materia.
 El 9 de mayo de 2008, Calderón anunció en cadena nacional que su propuesta consistía en “establecer un nuevo régimen especial en materia de contrataciones, adquisiciones de obras públicas que sea distinto al del resto del gobierno, lo cual le permitirá a la empresa ser muchísimo más eficiente”.
 El mandatario indicó que la apuesta consistía en “permitir a Pemex contratar a empresas especializadas para la construcción y operación, por cuenta de Petróleos Mexicanos, de nuevas refinerías”, reduciendo así su dependencia de las importaciones, que aportan el 40% de la gasolina consumida en México.
 Uno de los puntos más innovadores era el establecimiento de unos “bonos ciudadanos”, unos títulos de crédito emitidos Pemex por valor de 100 pesos (unos 9 dólares) cada uno que serían accesibles para todos los ciudadanos mexicanos.
 Ante las reacciones, Calderón ya no se atrevió a proponer una reforma energética más a fondo.
 Ernesto Zedillo. Foto: Cuartoscuro ¿LA CUARTA ES LA VENCIDA? El columnista Enrique Quintana consideró en un comentario que este puede ser el momento para que México aplique una Reforma Energética integral, ya que las reservas probadas de petróleo de México están estancadas y en niveles muy por debajo de los que tuvimos hace una década.
 Entre el fin de 2011 (el año al que llegaron a su punto más bajo) y el pasado 17 de marzo, hubo crecimiento, pero sólo fue de 0.5%, equiparable a 72 millones de barriles. En 2012, las exportaciones de petróleo crudo fueron 6.1% inferiores a las de 2011, medidas en volumen, y están 32% por abajo respecto al nivel máximo que se obtuvo en esta década, en 2003, lo que muestra que la producción industrial de Pemex no ha crecido en los últimos años.
 En 2012, la producción de petrolíferos fue de un millón 404 mil barriles por día, una cifra que resulta 8% inferior a la registrada en 2009.
 En específico, en gasolinas, la producción del año pasado estuvo 11% por debajo de lo registrado en 2009.
 Lo anterior, sin tomar en cuenta que las finanzas de Pemex están en números rojos pues además de la alta renta petrolera que debe pagar a la Federación, sus filiales –como Pemex Refinación– tienen resultados negativos Si no endereza el barco, según la percepción del analista, para 2022 México se convertirá en importador de combustibles y tendría un déficit de 8 mil millones de dólares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario