Xalapa, Ver.,
a 07 de junio de 2013.
En ese sentido declaró que el golpe de calor es cuando aumenta súbitamente la temperatura en el cuerpo por una exposición al sol, lo que puede ser en poco tiempo y la insolación es el estado en que permanece el organismo, después de haberse presentado el golpe de calor.
Los síntomas son: congestión facial,
que es cuando la cara se pone roja; se presenta dolor de cabeza en la
región frontal; puede haber fatiga, vómito e incluso calambres por la pérdida
de potasio y electrolitos; sed intensa, sudoración profusa, que puede llevar al
menor a una deshidratación y llegan en algunos casos a manifestarse alteraciones de conciencia y convulsiones.
Asimismo expuso que se sabe que el centro termorregulador donde el
cuerpo controla la temperatura, se encuentra en el cerebro y si este no se ha
desarrollado bien en algunos infantes, esta es la causa de que sean
propensos a padecer golpes de calor o la
insolación frecuentemente.
“En el IMSS recomendamos mantener a los pequeños bien hidratados, fuera
de la exposición del sol y es importante evitar que los niños se mantengan a temperaturas de más
de 40 grados en forma prolongada; aunque a veces ellos salen a realizar
actividades físicas en las escuelas, es recomendable que ellos permanezcan en
áreas frescas, así como también los ancianos”, subrayó.
En este sentido, la atención del paciente durante los primeros auxilios es
muy importantes: Antes que nada trasladar al paciente a un lugar fresco y
ventilado, colocándolo en una posición semisentada, no acostado totalmente, con
el cuello en extensión para mejorar la respiración; aplicar paños
ligeramente húmedos en la cabeza principalmente para ayudar a
regular la temperatura y no es conveniente bañarlos.
Finalmente dijo que una vez evaluado el paciente se puede ver si
requiere de una hidratación en forma oral o
vía parenteral, esto ya se valoraría en un centro hospitalario o en su
clínica del Seguro Social más cercana.
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