Jornada Huasteca
Sólo se desmaya
Livia Díaz
Poza Rica, Ver.- Muy pronto, muchos se han dedicado a desmentir una nota nacional que se reprodujo rápidamente por los depredadores de la información en muchos medios, y seguramente mañana invadirá hasta a los locales.
Por tratarse de un medio importante, como suele suceder no se analiza a fondo la superficie del papel, hay quienes creen que el municipio petrolero de México puede naufragar sin PEMEX.
Para comenzar tendría que dejar de tener petróleo y gas, el que a diario se sustrae de su subsuelo.
Además de un importante centro de negocios, Poza Rica es la mayor ciudad entre Tampico y Xalapa. En sus alrededores (ahora zona conurbada) hay pueblos mágicos, productores de petróleo y gas, centros turísticos, puertos de altura y mercantes, estuarios, bosques, lagunas productoras de moluscos, entre otras cosas.
La mayor aunque no la mejor, se ha reinventado a sí misma los últimos 60 años.
Ha recibido los embates de la política con la destrucción de los edificios y sistemas implementados por sus antecesores y los sucesores son herederos siniestros de la tradición, que como una maldición se repite una y otra vez.
Apenas a unos días de las elecciones, la ciudad que alberga al potencial humano más importante y capacitado de la industria petrolera nacional; a los expertos en el montaje y los procedimientos industriales más delicados, viajan a muchos lugares del país y el mundo, y luego regresan a dejar aquí su dinero.
La ciudad construye su nombre y el hábitat para miles de migrantes golondrinos a diario. La mayoría se van y no regresan y por ende, no quieren comprometerse con ella, pero la dama que subyace en este pedazo de patria, descansa y teje para ellos el hospedaje y la alimentación, y cuando vuelven encuentran la mesa servida.
Sus hogares huastecos y totonacos han transformado cultura y costumbres para contener las necesidades de miles de consumidores de productos que se repiten; hasta los chinos han tenido que adaptar sus recetas para paladares tan exigentes como éstos.
Pocos negocios prosperan sin responder a las demandas de la gente que habita en Poza Rica.
La tradición y la costumbre, como es característica de los huastecos, les corre en las venas como el alma que es su sostén y su esencia.
Decir que puede desfallecer es algo simple, se desmaya, pero todos los que aquí viven y trabajan, saben que es temporal. Saben que serán suprimidos los íconos e ídolos en los que los políticos de turno invirtieron para ganar adeptos, pero que caerán, como cayeron los símbolos que quisieron construir, para que prevalezcan los reales, los verídicos, los que valen la pena.ver también:
Destrucción de la cancha Bermúdez
En Tabú
Cortan Árboles
No hay comentarios:
Publicar un comentario