Al igual que lo hiciera el presidente Adolfo López Mateos (1958-1964), el presidente Enrique Peña Nieto se ha propuesto reactivar la política exterior de México, poniendo énfasis en las relaciones comerciales, vigorizando las exportaciones y el turismo, manteniendo el equilibrio de la balanza comercial, condición necesaria para lograr el crecimiento con estabilidad monetaria.
Después de dos sexenios de una descuidada y fallida política exterior, México debe recomponer sus relaciones con el mundo exterior y rescatar su liderazgo en América Latina. Con los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, México perdió el liderazgo que durante décadas tuvo nuestro país entre los gobiernos de los países hermanos de América Latina y eso preocupó y ocupó al presidente Peña Nieto en su reciente gira internacional.
Hace cincuenta y cuatro años el gobierno de López Mateos transitó exitosamente por la misma vía. Para el presidente López Mateos la política exterior era un instrumento auxiliar para el desarrollo general de la nación, consciente de que México no vive ni puede vivir aislado y que América era el ámbito natural de México, donde podía hacerse mucho por la cooperación internacional, que ligaba con su visión de la paz: indivisible, pero no sólo en lo político, sino también en lo económico, en lo social y en lo cultural.
López Mateos señalaba que la conducta internacional de México se apegaría a dos normas fundamentales: no aceptar nada que vulnere la soberanía de la nación y no negar nuestro concurso a ningún esfuerzo que pueda servir efectivamente para mejorar la concordia de los países y la condición de vida de los hombres.
La política exterior de López Mateos, tuvo dos rasgos vinculados estrechamente entre sí:
1. El afán por mantener una política de relativa independencia frente a los Estados Unidos de Norteamérica.
2. El esfuerzo por diversificar las relaciones internacionales de México, tanto en lo político como en lo económico.
Es en este contexto en el que se desarrolló la apretada agenda de trabajo del presidente Peña Nieto, en la gira internacional por diversos países de América Latina, de trascendental importancia estratégica para el futuro de nuestro país, tanto en lo económico como en lo político.
Los pueblos latinoamericanos, compartimos raíces históricas y semejanzas culturales; tenemos mercados similares, economías en desarrollo que generan áreas de oportunidad también semejantes. Por ello es la gira del presidente Peña Nieto como un muy afortunado acierto que es el principio de una nueva era en las perspectivas de México con nuestros hermanos latinoamericanos.
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