domingo, 24 de febrero de 2013

Se fortalece la rectoría del Estado


Para el presidente Enrique Peña Nieto un reto prioritario comprometido en el Pacto por México, es la Reforma Energética. Entre las premisas básicas señaladas al respecto por el Jefe del Ejecutivo Federal destacan:
1.    Los hidrocarburos son propiedad de la nación.
2.    La inversión privada no implica comprometer el dominio y la rectoría sobre el sector energético a cargo del Estado.
3.    El principal objetivo de la Reforma Energética es preservar la seguridad energética y garantizar el abasto de energéticos a precios accesibles.
4.    La Reforma Energética no es para privatizar Pemex. Empero tiene que ser más productiva y ampliar más su capacidad para generar energía que beneficie a todos los mexicanos.
5.    Ante la reforma habrá resistencias, ya que cualquier cambio las tiene.
6.    Quienes se oponen a los cambios y transformación, quieren que las cosas sigan igual y que no mejoren.
7.    Quienes están a favor de los cambios quieren que México tenga mejores condiciones, no sólo para unos cuantos sino para todos.
Los expertos financieros afirman que la Reforma Energética va necesariamente ligada a una Reforma Hacendaria en la que Pemex pague los impuestos que eroga cualquier empresa, además de un dividendo a la nación. Al pagar Petróleos Mexicanos menos impuestos, el gobierno tiene que compensar esa baja. También se propone para Pemex autonomía operativa. Pero ésta debe fortalecerse. También se propone crear un organismo financiero para manejar los excedentes petroleros; otros plantean un fondo soberano, no tres fondos de estabilización, como ahora.
En dicho contexto el principal problema se reduce a cuantiosas inversiones en tecnología que no tiene Pemex  y compartir riesgos. Ello requiere concesiones o alianzas. El obstáculo es que la Constitución prohíbe otorgar concesiones y contratos en los hidrocarburos. En la práctica, Pemex compra muchos servicios de proveedores externos, sin reglamentación adecuada. 
La visión deformadora se expresa en manifiestos (del PT, MC, AMLO y Bartlett) sobre la supuesta conspiración para privatizar el petróleo. Empero, como privatizar significa transferir la propiedad, la administración y el control del Estado a los particulares, lo que claramente no se plantea en el Pacto por México y la Reforma Energética, y no ocurrirá. Concluye que con esa imaginaria privatización la producción declinará, y otros absurdos como que se sofocará el crecimiento al no disponer el Banco de México de divisas para la reindustrialización.
Lo verdaderamente cierto es que la Reforma Energética abrirá el sector energético a la inversión privada en capital y tecnología y  aumentaría el PIB.
Es evidente que el gobierno del presidente Peña Nieto impulsa la transformación de México y, en ese reto, enfrenta a los intereses corporativos enquistados en la arquitectura política del país, convencido de que la falta de competencia es uno de los elementos clave que impiden el crecimiento de la nación. Iremos viendo.
 Carlos Salcido Barragán
Analista csalcidobarragan@hotmail.com México, D.F. 23 de febrero de 2013.

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