La obra se desvanece como las
Emisiones contaminantes de PEMEX
180 millones de pesos a la basura
Por Luis González Romero
Poza Rica, Ver.- Lo que mal empieza no se termina, tal es
el caso del libramiento “Oro Negro” tan cacareado por el ex alcalde Pablo Anaya
Rivera y secundada por el también ex Alfredo Gándara Andrade, y que a éstas
alturas ya se habla de que dicha vía no se concluirá a pesar de que consideran
que tiene un 60 por ciento de avance, y así lo confirma el Alcalde en funciones, Armando Kirsch Ramos, quien
dijo que se corre el riesgo que se suspenda la obra del Circuito Oro Negro si
en un plazo seis meses no se liberan los accesos.
Desde un principio, en la administración de Pablo Anaya
Rivera , comenzaron a hacer las cosas al revés: Abrieron brechas, rompieron
potreros y propiedades sin antes haber pagado las liberaciones correspondientes
y por lo mismo la construcción fue frenada con justa razón, porque nadie se
hizo responsable de las afectaciones a ejidatarios de Poza Rica y de Papantla,
habitantes de Cerro del Mesón y Tres Flores.
Es lamentable por la mala administración, no por capricho
de algunas personas que no se realice esta importante vialidad para Poza
Rica. “Hoy está suspendida la construcción del libramiento, en el tramo
que va prácticamente de la 20 de noviembre a Gran Patio, debido a la negativa
de los ejidos Cerro del Mesón, Tres Flores de Papantla, así como de una
universidad privada, para permitir el derecho de vía de esa arteria”.
De terminarse la obra sería de gran beneficio para los
pozarricenses, incluso para los ejidatarios,
porque con ello incrementaría la plusvalía de sus terrenos. Pero todo lo
hicieron mal desde un principio y por lo menos 180 millones de pesos egresados
de las arcas de PEMEX ya fueron a parar a la basura
La paraestatal Petróleos Mexicanos, tenía –supuestamente-
previsto que concluyera esa carretera en este año. Sin embargo, agregó, que las exigencias y
peticiones de los habitantes cercanos a la obra vial fueron exageradas,
por lo que a PEMEX y la empresa constructora no les fue posible dar
continuidad a los trabajos en término del tiempo, razón por la cual se
canceló el contrato.
Si las cosas las hubieran iniciado dentro de la legalidad y
la transparencia, cual debe ser, a estas alturas no habría lamentaciones y ni
mucho menos se estaría hablando de la pérdida de 180 millones de pesos. Una más
de Pablo Anaya Rivera.
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