Autoridades mantienen medidas preventivas
Por Luis González Romero
Poza Rica, Ver.- El "Dragón Amarillo", es una plaga que afecta a los cítricos y es provocada por la
bacteria que científicamente se le conoce como “candidatus liberibacter”. Esta
plaga fue detectada en México a partir de 2009 en el municipio de Tizimín,
Yucatán; pero ahora se ha extendido y multiplicado rápidamente y afecta a 15
estados: Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas, Sinaloa, Hidalgo, Nayarit,
Jalisco, Colima, Zacatecas, San Luis Potosí, Sonora, Baja California, Veracruz
y Morelos.
Ante ésta situación se mantiene constante
vigilancia se mantiene por parte de la Secretaria de Economía
(SE), así como por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo
Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) para evitar la presencia de la plaga
del dragón amarillo, que pudiera afectar sus cultivos, así lo dijo Patricia
Casados García, titular de la
Subdelegación Regional de la Secretaria de Economía
(SE).
La
funcionaria aseguró, que en toda la zona norte no se ha detectado a la fecha la
presencia de la plaga del dragón amarillo, por lo que han servido las medidas tomadas
en tiempo y forma en este sector para evitar una emergencia fitosanitaria en
los campos de limón u otro cultivo que pudiera resultar afectada por esta
cuestión.
Es
por ello, que destacó que ha mantenido constante monitoreo y comunicación con
los citricultores de los municipios de esta región, donde afirman que no se han
visto afectado por la plaga del dragón amarillo en sus productos que cosechan.
Casados
García, expresó que el limón persa es un producto que es comercializado con
buena respuesta en el extranjero, por lo que están trabajando para evitar que
suceda la misma situación que en Colima, donde hubo afectaciones millonarias
por la presencia de la plaga del dragón amarillo.
De
la misma manera exhortó a los citricultores para que se mantengan alertas ante
la llegada de afectaciones a sus cultivos.
Según
el gobierno estatal, cuando el insecto está infectado y pica un árbol de
cítricos, transmite la bacteria a la planta, que sufre un taponamiento de sus
vasos flemáticos impidiendo la circulación de la sabia, lo que inicia el
proceso de degradación, hasta que el árbol muere.
"Los
síntomas de la enfermedad son difíciles de detectar en sus inicios porque las
plantas no muestran signos hasta que el daño es irreversible", indicó.
Primero
las hojas comienzan a volverse amarillentas, un color que contrasta con el
verde de las partes sanas. Este "amarillamiento" se extiende y
empiezan a caerse las hojas hasta que el árbol se seca por completo.
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