Livia Díaz
Obviamente no has visto México si no has visitado Chontla, te diré y enseguida mis argumentos.
Cuando conocí ese lugar, pensé que me gastaban una broma o me habían sacado de México. No podía creer lo que tenía ante mis ojos. Después de andar por carreteras en las que el aire estaba caliente y húmedo, caminos terragosos unos y llenos de chapopote por la aplicación de asfaltados, entre la carretera que conduce a Tampico en el tramo de Piedras Clavadas y hasta Chontla pasando por Ixcatepec, se puso ante mí un portal de entrada a un lugar de ensueños, y como suele suceder poco valorado por los locales, pero que encontré febril, como visitante. Aparte de mi deseo de conocerlo todo y tocarle cada piedra a este paraíso huasteco, arrinconado por cerros y en donde es más famoso el queso que el paisaje, tenía hambre, así que me invitaron a comer pollo al ajío. Usted ni yo habíamos conocido ni comido cosa semejante. Se trató de una combinación de sabores en un pollo, creo que horneado, untado con mayonesa o algo parecido y repollo, que pudo ser enchilado, o no, pero que me resultó delicioso y algún recado o chile, en base a alguna misteriosa molienda que sigo disfrutando en mis recuerdos. Pero sería injusto seguir saltando hasta la cocina de Chontla sin seguir describiendo sus calles empedradas, algunas porque así han estado desde tiempos remotos y otras porque se acostumbra en la huasteca rehabilitar caminos introduciéndoles piedra bola o de río y después pasándoles la aplanadora. En ese lugar fue el primero y el único en donde encontré caballos y burros en las cocheras de las casas, que quizá serán llamadas caballerizas, pero tan pronto meten el coche o la camioneta, igual al caballo o al burrito. No son grandes casas inmensas o distintas de otras casas de la huasteca, por lo general bajas, de una o dos plantas y en solares de unos 500 metros cuando mucho, con techos de barro y en ese rincón, extrañamente, para nieve; son tejas tan antiguas algunas que se puede advertir su historial y que conviven con árboles frutales o florales y otras cosas. En muchas de ellas, bardeadas con metales o madera y recubiertas de enredaderas y flores, hay también aves de patio y aves enjauladas. Perros, cochinos, chivos o cabras y loros. Los colores que sobresalían eran tipo pastel y algunos rojos, rosas, amarillos y anaranjados conviviendo con el azul, porque como llegó un alcalde panista, le pusieron ese matiz a sus guarniciones, banquetas, bancas del parque y edificios públicos.
Allí descubrí que por más que se esmeran los gobiernos por transfigurar los pueblos huastecos no podrán lograrlo, y sentí a salvo a las abejas y a las mariposas que en verano están por millones y se atraviesan por los caminos mostrándonos también los colores de Chontla. Para donde voltees en la punta del cerro en el que está la cabecera municipal, verás calles anchas por las que te puedes seguir caminando sin topar con lo que ahora llaman civilización. Nada de grandes cadenas de tiendas ni molestos y ruidosos lugares que le quiten al tiempo suspendido en ese paraje alejado de todo su belleza brutal. Si vas en julio, cuando respiras ya te parece atraer aire con mangos, aguacates y guanábanas. Cada casa que veas y sus edificios públicos o privados se quedará con sus secretos, privados de tu vista y conocimientos, si no te pones a platicar con la gente. Verás también el parque en cuyo corazón venden un exquisito postre refrescante que quita cualquier calor, son raspados o raspas de hielo con fruta machacada con palo de fierro y surtida de crema y leche endulzada que te puede durar 5 o 30 minutos. Es el estupendo postre para saborear contando cucharadas, después del delicioso pollo o de comer a unos cuantos metros en las cocinas de la comunidad enchiladas hechas a la leña y chuletas de puerco recién sacrificado. Lo que verás en este vergel, si es que no decides quedarte un poco antes de llegar arriba en un manantial o en las cabañas del río a disfrutar el turismo ecológico y de aventuras, se parecerá un poco a lo que te describo ahora, pero además va a tener tu propia opinión al respecto.
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.oj
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