domingo, 26 de agosto de 2012
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
Leanos en www.pasillosdelpoder.com
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26 de AGOSTO de 2012
SALMA. MORIR DE HAMBRE EN AGOSTO.
ESPECIAL: Nuestra paisana Salma Hayek dijo que se le había olvidado su pasado en México. Ya se le olvidó que nació chaparrita y bella. Que su abuela y papá nacieron en el bello pueblo de Tehuantepec, Oaxaca, en el istmo. Que su padre es un gran empresario que ha luchado toda su vida vendiendo lo que sea.
Su abuela iba a verla en su traje de tehuana y celebraban sus fiestas portando con orgullo sus raíces. Su padre fue un fuerte proveedor de PEMEX en Coatzacoalcos y gracias a eso, después de la novela Teresa de TELEVISA, la mandó a estudiar a Los Ángeles, California, donde se forjó, se internacionalizo y tuvo la suerte de casarse con un millonario francés.
De ella los mexicanos estamos orgullosos, pero parece que se le van las palabras de desprecio. En lo particular no me importa lo que dijo, pero no se vale en memoria de su abuela y la acción de su madre en apoyarla y sobre todo viendo el esfuerzo de su padre Sami Hayek Domínguez por subirla a lo mejor del mundo.
Salma no es tonta y aprovechó la oportunidad, tal vez como nadie, y es sólo comparable con la artista María Félix, pero ésta tiró la casa por la ventana. Fue un ícono por franca y Salma no es María Félix; no es tiradora del dinero y no necesita olvidar el pasado. El escándalo no le va. Le reconocemos que económicamente nos ayudara a los jarochos por los huracanes en el 2010.
AHORA VAMOS A MORIR DE HAMBRE
Siempre se ha dicho que el mes de agosto es el más duro económicamente, porque caen las ventas y hasta se dan las guayabas. A fines de junio había dos temas que impactaban a la sociedad: las elecciones federales y la cuarentena de granjas en el estado de Jalisco por la fiebre aviar.
Estas granjas en cuarentena producen el 51% de los huevos que se producen en país. Bruno Ferrari, secretario de Economía federal, amenazaba a los que subieran el precio del huevo. El líder nacional de los avicultores, el veracruzano Jaime Crivelli, aseguraba que el abasto estaba asegurado.
En esas fechas, la comida de los mexicanos ya estaba muy restringida, casi toda a comer una vez al día tortillas con sal. El cono de huevo oscilaba entre 15 a 17 pesos que muchos combinaban con arroz, frijol y las inigualables tortillas. Carne sólo la comían los que rebasan a tener mas de un salario mínimo, pero sólo una vez a la semana.
Por el aumento del combustible, en poblaciones rurales tiene rato que no compran gas, sino que se dedican a tumbar árboles para poder cocinar, además que en la zona montañosa les sirve para calentarse. La deforestación tiene ya un motivo de hambre.
En dos meses los productores de huevos y pollos del país hicieron el esfuerzo, pero lo que no tiene nombre es que el secretario de Economía que no vio el problema por andar en campaña política en estos momentos. Grita, patalea, investiga a los acaparadores que no existen, ya que también ellos les mientan la madre por lo que pasa por parte de sus compradores.
Lo que debió suceder hace dos meses, lo de importar huevos, apenas están entrando al país con cero tasas de importación, lo que es un gran negocio para los importadores al no pagar impuesto, lo que no debía haber pasado si lo hubieran hecho hace 2 meses.
Lo cruel de jugar con el hambre de la población es que el señor Bruno Ferrari, debió haber estudiado en el extranjero. A los mexicanos nos enseñaron, por lo menos a nuestras generaciones, que las proteínas se encontraban en el huevo, leche o la carne. Eso venía en los libros de texto gratuitos.
Generaciones fueron educadas así y en medida en que llegaban las crisis económicas, la carne y la leche fueron desapareciendo de la dieta de los mexicanos, y el huevo --por barato-- fue el principal alimento que se combinó con todo, además como no hay para más, podemos comerlo en todo el día. Como se decía, muchas familias comen una sola vez al día si hay dinero.
Apenas hace 10 años se empezó a difundir que el cuerpo necesita de la vitamina Omega 3, que se encuentra en los pescados, pero pocos mexicanos tenemos una dieta balanceada, hecho que se comprueba cuando tenemos la población infantil más gorda, producto de que vale la dieta, sino el fin es llenarse con lo que sea. Esto es producto de nuestras crisis económicas.
Ahora el señor encargado de la economía del país, Bruno Ferrari (no es de Boca del Río, porque los nuestros son morenos, listos y bembones) campechanamente nos dice que cambiemos huevos por el atún o la sardina.
¿En verdad sabe lo que dice este señor que no conoce la pobreza? Un atún cuesta entre 7 a 12 pesos la lata. Para comerlo debemos ponerle tomate, cebolla, con su tortilla. Una lata sirve para una persona, así que si hay tres en familia, resulta más caro que comprar huevos a 48 pesos como se vende en el pueblo donde vivo.
Si son más los familiares a comer, entra el arroz o el frijol para acompañar el atún. El frijol cuesta entre 21 a 34 pesos y el arroz entre 11 y 22 pesos. Falta el aceite, sal, etc. Ya ven que no es fácil comer atún. También dicen que podemos comer sardina en lugar de huevos, cuya lata cuesta entre 17 a 22 pesos.
La sardina puede ser una solución, pero hay que agregarle lo mismo del atún para que llene a la familia. Ahora, en las últimas empresas que se instalan en la región, ofrecen empleos. A un ingeniero por el turno nocturno le pagan 60 pesos diarios sin prestaciones sociales. ¿Dónde le va alcanzar con pagar el pasaje, renta, medicinas, etc.?
Si usted nos pregunta si la actitud del gobierno federal es criminal, nosotros le diríamos que si. A un hecho hay repercusiones y éstas ni se vieron, pero cuánto ganaran bajo el agua el Bruno Ferrari con importar huevos sin pago de aranceles. Expertos dicen que el problema del huevo se nivelará en 6 meses.
Antes los embates de la crisis del huevo, los gobiernos del Distrito Federal y Veracruz han pedido urgentemente cuotas de importación para su población del huevo, porque como en casi todo el país, ya afecta el precio del huevo a la industria del pan.
En la región de Coatepec casi podríamos decir que en cada esquina hay una panadería. La población come en la noche café con pan. El carro que anunciaba todos los días el pan, ya dejó de hacerlo. Para conseguir el producto hay que ir a las panaderías, que reducen su producción, aumentan un poco el precio, porque saben que la gente tiene hambre.
Esto son factores de un estallido social, pero el pueblo aguantará como siempre porque en el mercado hay comida y más yerbas con que se sustituye al huevo, Afortunadamente hay campo donde cada día se ve más gente cortando plantas para comer.
Lamentamos los mexicanos tenemos gente como Bruno Ferrari. Este en el gobierno federal vino a Veracruz a decirnos que la mina a cielo abierto de Caballo Blanco, ubicada entre los municipios de Actopan y Alto Lucero, es una gran oportunidad para nuestra economía aunque nos quedemos sin agua y con cianuro envenenen nuestros mantos freáticos y suelos.
En un artículo del periodista Iván Restrepo, en el diario LA JORNADA, narra las concesiones a las mineras en el país. Todos son casos desgarradores de atentados al medio ambiente, pero dio escalofrío cuando revela que en el estado de Puebla el gobierno federal aprobó minas a cielo abierto de más de un millón de hectáreas.
Atrás de esto está Felipe Calderón y Bruno Ferrari, quien no sabe de hambre. Come caviar y su refresco es la champaña de la más cara. Negociantes en el poder a costa del hambre del pueblo.
Por último: llega la vendedora de chiles rellenos y dice que ya el producto pasa de 6 a 7 pesos por el precio del huevo. Por barato, pasamos a comer a Rinconada, y ya mejor no le dijo el precio del huevo duro, para que no deje de visitar este histórico lugar asiento del primer ingenio azucarero de Hernán Cortes.
Vengan más hambreadores contra el alimento de la población. Lo único bueno es que ya se van. Lo malo, es que no sabemos si los que llegan serán peores.
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