Por: Shaila Rosagel - abril 28 de 2013 - 0:02 Destacadas, México, TIEMPO REAL, Último minuto - Sin comentarios Dos hombres fueron asesinados el pasado 26 de abril en Iztapalapa. Foto: Cuartoscuro Ciudad de México, 28 de abril (SinEmbargo).- Jaime Ramírez vive en la colonia La Colmena en la delegación Iztapalapa desde hace 43 años. Se dedica a vender artesanías y todos los días debe salir de las calles a las 18:00 horas, antes de que oscurezca, porque la “banditas” o pandillas empiezan a salir de sus guaridas para cometer asaltos
“Todas las colonias que están por aquí (en los cerros, casi al final de la avenida Ermita Iztapalapa) son conflictivas y cuando uno se quiere movilizar por algo, nos mandan muchos granaderos, pero en el diario, cuando uno necesita un policía, no hay”, dijo el vendedor de productos artesanales.
Para Jaime el mayor problema que aqueja a la delegación, después del desabasto de agua potable es la inseguridad. “Hay zonas muy conflictivas, en los barrios, en los callejones.
La autoridad lo sabe, pero no hacen nada”, indicó. El poblador habla con razón, de acuerdo a las estadísticas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), durante 2012 la delegación Iztapalapa ocupaba el segundo lugar en incidencia delictiva con 80.8 denuncias al día y un acumulado hasta el mes de agosto de ese año de 19,399 en total.
La inseguridad que aqueja a las comunidades de la delegación Iztapalapa alcanzó a los más humildes a través de secuestro y asaltos en esa demarcación, lo que podría agravar los casos de justicia por propia mano, dijo Salvador García, presidente del Consejo Nacional de Defensa a la Ciudadanía A.C. “El secuestro ha llegado a la banqueta de nuestras casas.
No sólo se secuestra a personas pudientes, empresarios o comerciantes, sino también a personas por el hecho de tener un carro y también a los más humildes por 3,000 ó 4,000 pesos”, dijo.
De acuerdo con Salvador García, el fenómeno de las policías comunitarias debe abordarse para su análisis, pues en Iztapalapa, una delegación que acumula a más de 70,000 indígenas originarios de los pueblos nativos, ya existe la justicia por propia mano, aunque no estén organizados en grupos armados.
“Tenemos casos de justicia por propia mano en comunidades pobres.
Antes lo dirigentes de los carteles eran vistos como benefactores del pueblo, ahora son los narcos que asaltan y secuestran y nuestras autoridades no hace mucho al respecto”, dijo.
Durante los últimos meses han surgido en todo el país, principalmente en Guerrero, Michoacán, Oaxaca,
Estado de México, Colima, Veracruz, Chihuahua, Jalisco y Tabasco, grupos de autodefensa o policías comunitarias debido a la inseguridad a la que se enfrentan en sus comunidades por la presencia del narcotráfico.
Estas policías han cobrado más fuerza conforme pasa el tiempo y han llamado la atención de prensa internacional como la revista norteamericana Time que aseguró a través de un reportaje que estos grupos son una tercera fuerza en la “guerra contra el narco” que libra el país.
En el Distrito Federal, aunque no han surgido estos grupos abiertamente, es conocido que en la zona conurbada de la ciudad, como en el municipio de Nezahualcóyotl, se han producido linchamientos como el ocurrido el año pasado en el mercado de San Juan cuando la comunidad asesinó con un impacto de bala y a golpes a Juan Vicente Gutiérrez de 25 años, alias “Patachin”, después de que asaltara y asesinara al joven Teófilo Aldama Salinas. La delegación Iztapalapa no se queda atrás, pues frecuentemente hay intentos de linchamiento a delincuentes.
En 2010 los pobladores del lugar asesinaron a David Villegas Torres, de 35 años, después de que el occiso asaltó y mató a un policía de Seguridad Pública del DF.
El año pasado durante su candidatura por la jefatura de gobierno del DF, Isabel Miranda de Wallace, alertó que en las delegaciones de Iztapalapa e Iztacalco, podrían darse casos de linchamientos, debido a la inseguridad que aqueja a la zona.
En esa ocasión Wallace indicó que vecinos de la delegación Iztacalco repartieron silbatos y un instructivo entre la comunidad para alertarse entre ellos cuando se cometa algún delito en su demarcación.
AMBULANTAJE CRECIENTE Raymundo Moreno Garduño, presidente de la Alianzas de Pueblos y Barrios Originarios de Iztapalapa, dijo que otro de los problemas graves del lugar es el ambulantaje que crece de forma desmedida en Iztapalapa y afecta a la zona.
“Han abusado del territorio que se encuentra dentro de nuestros barrios. Hay grupos sociales que se adueñan de predios enteros para construir unidades habitacionales, bajo el amparo de grupos políticos”, señaló.
Moreno Garduño añadió que los barrios de Iztapalapa están sobrepoblados de vendedores ambulantes que abusan de los espacios públicos.
“Las banquetas están ocupadas, los discapacitados como yo o los ancianos, tenemos que caminar por el arroyo, con los peligros que esto conlleva”, indicó. Pedro de la Cruz Villa, un hombre de origen indígena de 75 años y que se dedica a vender arte huichol, aseguró que cada vez es más difícil comercializar las pulseras y aretes que él elabora.
“Yo tengo 40 años vendiendo y ya no me dejan vender en la calle, porque no hay permiso, a veces llego y me pongo en un lugar y me quitan. Yo no tengo líder como los otros”, dijo.
Pedro agregó que un conocido lo invitó a asistir al Congreso para ofrecer sus artesanías en el patio de la Universidad. “Yo no sésubrayó. de qué se trata. Yo vine a vender”,
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