Crisis en el IFE
Por Roberto Piñón Olivas
Se empeña la clase política en colocar a uno de los órganos públicos con mayor prestigio y credibilidad, como es el Instituto Federal Electoral, en una crisis de confianza, independencia e imparcialidad, al enturbiar el proceso de selección de los nuevos consejeros - incluido el Presidente -.
Debilitada la confianza en el Congreso de
Los señores legisladores habrán de elegir, para distintos periodos, al consejero vacante (2013-2019), tres más que terminan a fin de mes (2013-2022) y al nuevo presidente (2013-2019).
Esto es, no pudieron sacar el acuerdo para designar a un consejero, en más de un año, aún después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de
De acuerdo a la convocatoria publicada apenas el pasado 25 de octubre - sólo dejan cinco días para realizar el procedimiento, que debe culminar en una fecha incierta, aún y cuando los cargos fenecen, el próximo miércoles - serán los grupos parlamentarios quienes en un sobre cerrado y lacrado, - ¿desconfianza?- entreguen la lista el lunes cuatro de noviembre, con diez nombres para integrar el Consejo General.
De esas diez propuestas en un primer filtro quedarán 28 y de ellos deberán salir los candidatos a ser enviados al pleno para su votación. De no haber consenso, se generarán cuatro listas con seis
propuestas cada una, para luego proceder a su selección mediante insaculación, para ir al pleno, quien deberá aprobar por dos terceras partes, y de no hacerlo, se solicita a
Como se observa el procedimiento, para obtener éxito, debe contar con el acuerdo cupular, de otra manera, no hay manera de salir avante. Requiere de una simple distribución partidista, viciando la conformación del órgano.
Hay varios vicios que debiesen corregirse. Es cierto. Primero, la integración de las propuestas surge de una "amplia consulta" que deberán realizar los grupos parlamentarios en los diversos sectores. ¿A quien y como, bajo que método, se va a consultar? ¿Dónde queda constancia de ello, para evitar una simulación?
Luego, las propuestas surgen de las fracciones parlamentarias, y no de una amplia convocatoria, donde los ciudadanos puedan acudir libremente a proponerse, o que las asociaciones, colegios, sectores de la sociedad civil, lleven sus mejores candidatos, evitando colores partidistas. Luego entonces, al surgir las propuestas de las fracciones, inmediatamente se pinta de color al aspirante, cuando debiera ser un procedimiento que conduzca desde el principio la institución, en este caso, el Congreso de
Una más: por lo menos, durante diez días, el instituto Federal Electoral tendrá, no una ausencia de consejero, sino cuatro más: el sustituto del Maestro Ramirez, el Consejero Presidente y tres consejeros más, agravándose la crisis en que nuestra clase política ha colocado al menguado poder electoral mexicano.
Pero además, esta crisis se puede prolongar indefinidamente, ante la ausencia de acuerdos y la posición radical de desobedecer el mandato del Tribunal Electoral, por parte del Congreso de
Grave, muy grave la situación, que ocurre en una coyuntura de lujo: la discusión acerca de la integración del Instituto Nacional Electoral, y como consecuencia, la concentración de la organización electoral al arbitrio de nuestros legisladores en
Imaginemos, por un momento, esta crisis de selección de consejeros electorales, extrapolada a las entidades, desde el centro del país, en cuatro mil elecciones. Inaudito, simplemente, inaudito.
EN EL TABLERO...
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