MEXICO, D.F., a 27 de octubre del 2013
México es un país donde convergen varias culturas y la gente
se vincula por las similitudes en su actuar, siendo las costumbres y tradiciones
populares eje de cohesión social y sentido de identidad, que refuerzan el sentimiento
de pertenencia por la tierra que los vio nacer, crecer y que nutre su vida en
comunidad.
Hoy, con la dinámica globalizadora, en muchas personas en diversas
latitudes del mundo de ha generado un sentido de orfandad, contrario al de
décadas anteriores en las que el ciudadano tenía plena conciencia de su lugar
de pertenencia y donde hacía todo por mantener sus raíces en el mismo sitio. Sin
duda, la población en el mundo se está transformando y generando un sentido
extranacional con su intensa movilidad y cierta desvinculación de su lugar de
origen.
Las redes sociales y el internet en general han acelerado el
proceso de movilidad y migración en el mundo moderno, permitiendo que por situaciones
laborales o vínculos socio-virtuales las personas interactúen entre países de
manera más fácil y cotidiana, siendo el vehículo más usado para ello el facebook,
tweeter, myspace, entre otros.
Lo anterior, está permitiéndoles a muchos que el lugar donde
naces sea pasajero y tu vida productiva encuentre sitio en una región distinta.
Desde luego, hay otras variantes que también influyen como la inseguridad, la frustración
por el tipo de vida en el país de origen, la falta de reconocimiento institucional
de capacidades y habilidades especiales o el simple deseo de superación con
estándares mayores.
Sin embargo, en nuestro país las costumbres y tradiciones
nacionales como el día de muertos, regionales como la “toma de energía” en
algunas pirámides, o locales como el día de la magia en Catemaco, nos hacen
tener más claro y fuerte nuestro sentido de pertenencia y las ventajas que
representa el permanecer en la región
sin estancarnos en nuestro desarrollo personal.
El sentido de solidaridad y de identidad nacional también se
refuerza con la participación en eventos significativos que marcan las
tradiciones, algunas ancestrales y otras menos antiguas, pero que su desarrollo
permite mantener unida a la sociedad de un determinado pueblo o ciudad al
interior de nuestro país.
De ahí la importancia de mantener, cuidar y publicitar
nuestras tradiciones en este mundo globalizado, y canalizar los esfuerzos
necesarios para asegurar la permanencia de nuestras tradiciones locales y de
aquellas que nos identifican como nación al interior del país y en el
extranjero.
No conozco ningún país que tenga éxito económico, social y
cultural si no se encuentra precedido de una fuerte cohesión social basada en
el sentido de identidad nacional y el sentido de pertenencia. Por eso mi proceder
para promover permanentemente el respeto y cuidado de las tradiciones veracruzanas
y nacionales, especialmente de las más ancestrales, como el rito de los
voladores de Papantla, y otras muy locales y arraigadas como el danzar de las cuadrillas
en Xantolo en la huasteca veracruzana.
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