Me llena de satisfacción estar, nuevamente, en mi querida Tijuana, aunque sea por unos momentos, en una ocasión tan importante, y lo sé bien, no sólo para la vida de Tijuana, sino para la vida del país, que es la inauguración de estas instalaciones del Nuevo Cruce Fronterizo de El Chaparral.
Hace unas semanas, el 11 de octubre. Había estado aquí para supervisar los trabajos, faltaba muy poco. Estuve en ocasión de mi presencia en el evento de Tijuana Innovadora y me congratulé de lo avanzado que estaban las obras.
Y me propuse, como ustedes recordarán, regresar a la brevedad para inaugurarlo formalmente. Hoy, me da mucho gusto cumplir esa palabra empeñada.
Y, a partir de esta noche, probablemente una vez concluido este evento, este punto, este Cruce Fronterizo de El Chaparral entrará, a plenitud, en funcionamiento en beneficio de todos los usuarios, de los cientos de miles de personas que cruzan, unos con mayor asiduidad que otras, pero cruzan, precisamente, entre Estados Unidos y México en éste que es el punto fronterizo de mayor cantidad de cruces por persona en México y probablemente en el mundo.
Quiero felicitar a todas las dependencias involucradas. Desde luego, a la Secretaría de la Defensa Nacional, al Ejército Mexicano y, en especial, a las y a los ingenieros militares, por haber cumplido una proeza, no sólo en el tiempo previsto, sino incluso, por abajo del presupuesto esti
Así que, muchas felicidades al Ejército Mexicano.
Que, como decía el Teniente Coronel al mando de la obra, han demostrado de esta manera que pueden, además, servir, además de todo el servicio que nos dan y la confianza y la tranquilidad que nos brindan a los mexicanos, pueden mostrar sus enormes talentos y capacidades, también, de esta manera.
A la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, desde luego, al Sistema de Administración Tributaria, a la Dirección de Aduanas, por haber cumplido con la misión de no sólo entregarnos El Chaparral, sino de modernizar, de manera extraordinaria, las aduanas de México.
A todas las demás dependencias, al SENASICA, al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, al Instituto Nacional de Migración. En fin. Son muchas las dependencias involucradas en un cruce fronterizo.
Yo recuerdo, amigas y amigos, hace poco más de seis años, en el largo caminar hacia a la Presidencia de la República. No me canso de citar esta anécdota, porque la tengo muy presente y es para mí, indeleble, imborrable en mi memoria.
La reunión que tuve con un grupo de destacadas y destacados tijuanenses. Tijuana estaba asolada y desolada.
Asolada por la criminalidad, con casos de secuestro que ocurrían por semanas, por una criminalidad que no tenía freno, por una creciente ola de violencia.
Y desolada, porque aquellos ciudadanos, prácticamente, no tenían en quien confiar aquí mismo, en Tijuana, incluso, me señalaban que las peticiones de auxilio que habían hecho a la propia Federación, habían sido desoídas.
