"Aún falta lo peor", advirtió el gobernador Andrew Cuomo
The Associated Press.
NUEVA YORK (AP) — Los neoyorquinos hicieron ejercicio, empujaron las carriolas y tomaron fotografías en un picado puerto de Nueva York el lunes, en un intento de continuar sus rutinas en una ciudad que cerró trenes y escuelas a la espera una tormenta gigantesca.
"Aún falta lo peor", advirtió el gobernador Andrew Cuomo mientras los funcionarios cerraban los túneles, Broadway, el tránsito y la Bolsa de Valores, con la amenaza de que la tormenta podría inundar el centro de la ciudad con hasta 3,35 metros (11 pies) de agua. Cientos de miles de neoyorquinos que viven cerca del agua o en zonas bajas se vieron obligados a evacuar. Cuomo agregó que el centro de la tormenta iba a azotar la ciudad más grande del país a las 6 de la tarde, dos horas antes de lo previsto.
En Long Island, en el municipio de Queens, las aguas habían comenzado a anegar algunos asentamientos en terrenos bajos y más de 100.000 usuarios de energía eléctrica habían perdido el servicio. Los fuertes vientos durante el día en la ciudad, al parecer, volcaron una grúa de construcción en una edificación de 65 pisos en el centro de Manhattan. Las aguas anegaron las explanadas en el extremo sur de Manhattan, donde está el distrito financiero, y parte de una carretera que recorre la periferia este de Manhattan estaba inundada. Unos 16.000 neoyorquinos se quedaron sin electricidad, principalmente en los municipios de Queens y Staten Island.
A pesar de los pronósticos sombríos, muchos optaron por aceptar lo que estaba por venir
Tanja Stewart y su hijo de 7 años, Finn, salieron de su casa en el barrio de TriBeCa, en Manhattan, para admirar las nubes sobre el río Hudson, Finn con unos binoculares colgando del cuello. "En verdad quería ver unas olas grandes", dijo el niño.
Mark Vial empujaba una carriola con su hija de dos años Maziyar hacia la puerta del edificio donde viven en el extremo sur de Manhattan, una zona donde fue ordenada la evacuación. "Estamos lo suficientemente altos, por eso no estoy preocupado por una inundación", dijo. "Hay mucha comida; estaremos bien".
Previamente, Cuomo cerró dos túneles clave que van al centro de Manhattan después de que la ciudad cerrara su sistema de transporte público, los mercados financieros, las escuelas y Broadway, y además ordenara a cientos de miles de personas quedarse en sus viviendas antes de que empeorara el temporal por la llegada del huracán Sandy. Mientras caía lluvia ligera y los neoyorquinos todavía merodeaban por las calles, Cuomo advirtió a los residentes que despejaran los caminos.
"No se engañen, no miren por la ventaja y digan 'esto no se ve tan mal''', manifestó el gobernador. "Lo peor todavía está por venir".
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