Palabras del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Felipe Calderón Hinojosa, durante la Firma del Decreto que Reforma la Ley Federal del Trabajo, que tuvo lugar en la Escalinata de la Casa Miguel Alemán de la Residencia Oficial.
Señor Senador Ernesto Cordero Arroyo, Presidente del Senado de la República.
Les agradezco muchísimo la amabilidad de su presencia, y les he convocado con motivo de la promulgación del Decreto mediante el cual se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo.
Con esta importantísima reforma estructural, México avanza en la construcción de un marco normativo que permite incrementar la oferta laboral, alentar la productividad las empresas, y elevar la competitividad del país.
Yo reconozco el trabajo responsable y con altura de miras que las y los Legisladores, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, han tenido para sacar adelante esta reforma fundamental para el progreso de México y de los mexicanos.
Los felicito porque con su voto han contribuido, verdaderamente, a un mejor futuro para el país.
Sé que fue extremadamente complejo el proceso de diálogo y de negociación, como era de esperarse para una reforma de esta envergadura. Pero a pesar de la dificultad que implicaba, el Congreso estuvo a la altura de lo que México demanda.
Quiero reconocer, también, especialmente, la voluntad de diálogo tanto de los líderes sindicales y los trabajadores que apoyaron esta reforma; y, también, particularmente, la voluntad, la disposición y la capacidad de los empresarios y sus dirigentes, aquí presentes, para contribuir a generar un entorno de diálogo y a impulsar constantemente esta importante reforma que es por el bien de todos los mexicanos.
Como todos sabemos, la Ley Federal del Trabajo vigente databa del año de 1970. Se trataba de un ordenamiento obsoleto que ya no respondía a las actuales condiciones sociales, económicas y demográficas del país. Aún más, se había convertido en un freno para la competitividad de la economía y paradójicamente en un freno, también, para la contratación de jóvenes, en un país donde la media de su población tiene 27 años de edad.
En efecto, la rigidez para la contratación laboral había vuelto más complicada, más costosa y, por lo mismo, inconveniente, en algunos casos, la contratación de trabajadores adicionales.
Quienes más sufrían, y sufren todavía, esta condición, son, precisamente, quienes no tienen empleo, quienes buscan un trabajo digno y son rechazados, precisamente, no a partir de la falta de mérito y talento personal, sino, a partir, precisamente, de la rigidez que el marco normativo implicaba, precisamente, para poder emplear a una persona.
Ante esta situación, también, sabemos, a lo largo de estos años en que he tenido el honor de encabezar la titularidad del Poder Ejecutivo Federal, se presentaron diversas iniciativas en el Congreso de la Unión para reformar la Ley Federal del Trabajo.
El propósito era modernizar, precisamente, el mercado laboral para ampliar los derechos de los trabajadores y promover así empleos dignos y bien remunerados.
Con la reforma constitucional en materia política que estableció la Iniciativa Preferente y con el propósito de agilizar el debate parlamentario en esta materia, en uso, precisamente, de tales nuevas atribuciones constitucionales, al inicio del presente Periodo Ordinario de Sesiones, presenté al Congreso de la Unión una nueva iniciativa de Reforma Laboral, precisamente, con el carácter de preferente que confiere la Constitución.
Y hoy, después de discusiones, del intenso intercambio de ideas entre los distintos partidos políticos, los empresarios, los sindicatos, los medios de comunicación, la sociedad en general da mucho gusto que se haya aprobado, finalmente, esta importante Reforma al Marco Laboral Federal.
Se trata de cambios de gran calado, que implican la modificación de más de 300 artículos y cuyos aspectos principales quisiera compartir con ustedes, a continuación:
En primer lugar. Se garantizan las condiciones mínimas que deben imperar en toda relación laboral, para que se respete plenamente la dignidad humana de los trabajadores.
A partir de hoy, las normas de trabajo propiciarán que todos los mexicanos cuenten con un trabajo digno. Un trabajo en el que no exista discriminación de ninguna índole. Un trabajo en el que tengan acceso a seguridad social y perciban, los trabajadores, un salario remunerador.
Un trabajo en el que se pueda recibir la capacitación continua que se necesita y, también, que se observen, invariablemente, las condiciones que la ley establece, de seguridad e higiene. Con ello, avanzamos hacia mejores niveles de igualdad, de equidad y de justicia social en las relaciones laborales.
Aquí, quiero subrayar que se trata de una reforma que, lejos de afectar, fortalece los derechos de los trabajadores. En este sentido, precisamente, también se incorporan disposiciones orientadas a proteger, precisamente, a grupos vulnerables.
Por ejemplo, para erradicar el trabajo infantil, se tipifica como delito la contratación de menores de 14 años. Para salvaguardar los derechos de las mujeres trabajadoras, se establecen sanciones al acoso y hostigamiento sexual y se prohíbe el despido por embarazo o por cambio de estado civil.
Para mejorar las condiciones laborales de las personas con discapacidad, se obliga a los centros de trabajo a contar con las instalaciones adecuadas para su desarrollo. Y con el propósito de mejorar la calidad de vida de los trabajadores del campo, se establecen las condiciones mínimas, bajo las cuales deberán desempeñar sus labores.
En segundo lugar. Se introducen nuevas modalidades de contratación para flexibilizar el mercado laboral. Por ejemplo, el trabajador y el patrón podrán convenir el pago por horas de trabajo o por hora, que permitirá que cualquier persona que requiera un trabajo de medio tiempo o con horarios flexibles, podrá aspirar a un empleo con prestaciones y derechos que, al mismo tiempo, les permita consolidar su vida familiar o sus estudios, con su desarrollo laboral y profesional.
Las madres que deseen trabajar contarán con más tiempo para estar con sus hijos, y los jóvenes que necesiten trabajar no se verán obligados a dejar la escuela, y ello, sin que implique una merma en las prestaciones laborales de quien opte por esta alternativa laboral.
También, se abre como opción, la posibilidad de convenir relaciones de trabajo con periodos a prueba o de capacitación inicial, lo que permitirá romper un círculo vicioso que está atrás del desempleo.
El círculo de que quienes no tienen empleo, no lo tienen por no estar capacitados, y no están capacitados porque no tienen trabajo. Ahora, los jóvenes tendrán más oportunidades de incorporarse al mercado laboral, aún si no cuentan con experiencia previa alguna.
En tercer lugar. Se regula el Régimen de Subcontratación o Tercerización. Con esta reforma, los servicios que se presten mediante la figura de subcontratación o tercerización conocida, también, como outsourcing, deben justificarse por su carácter especializado y, en ningún caso, podrán comprender tareas iguales o similares a las que desempeñan los trabajadores del contratante.
Además, se obliga a las personas que reciben la tercerización, a cerciorarse de que la empresa que presta ese servicio, cumpla con las obligaciones que tiene con sus propios trabajadores. Con ello, vamos a evitar abusos que se han llegado a cometer, precisamente, en perjuicio de quienes trabajan en empresas que realizan tercerización o subcontratación.
Y, también, evitaremos que los patrones utilicen indebidamente esta figura para evadir el cumplimiento de sus obligaciones laborales, fiscales o de seguridad social. Se trata, como lo he dicho, de fortalecer al trabajador y de salvaguardar sus derechos de manera mucho más efectiva.
En cuarto lugar. Se moderniza la impartición de justicia para agilizar la solución de conflictos entre patrones y trabajadores. Se incorpora expresamente en la ley, el principio de conciliación para dirimir los conflictos laborales, y se establecen lineamientos orientados a profesionalizar las Juntas de Conciliación y Arbitraje.
Estas medidas nos permitirán proteger y, además, vigilar, con mayor efectividad, los derechos de los trabajadores. Además, se castigará con mayor rigor a los funcionarios y litigantes que, de manera deliberada, obstaculicen o retrasen la resolución de un juicio laboral. Con ello, los trabajadores ya no tendrán que esperar plazos inaceptables para acceder a la justicia.
Y en quinto lugar. Se dan pasos significativos para abrir las organizaciones sindicales al escrutinio público. A partir de ahora, las directivas sindicales deberán elegirse mediante votación libre y en todo momento, secreta. Y a ningún trabajador se le podrá negar información sobre el uso y destino de las cuotas sindicales que aportan con tanto esfuerzo.
Celebro que los Legisladores hayan aprobado estas medidas que permitirán aumentar la transparencia al interior de los sindicatos.
El desarrollo de México exige un sindicalismo moderno y más democrático. México ha cambiado y el mundo del trabajo, también, debe seguir cambiando por el bien del país y de sus trabajadores.
En suma, señoras y señores, con esta reforma histórica, modernizamos el marco jurídico laboral y hacemos más atractivo a nuestro México para la inversión y para la creación de más puestos de trabajo.
Esto dará un fuerte impulso a la economía, pero, sobre todo, brindará mayores y mejores oportunidades de progreso a los mexicanos.
Desde hace seis años, nos propusimos transformar la economía de México para hacerla más competitiva y, particularmente, generadora de empleos.
Y, por eso, nos dimos a la tarea de iniciar reformas de fondo que habían sido pospuestas, algunas de ellas, por décadas, dados los costos políticos que implicaban, pero que eran necesarias para el avance del país.
A través del diálogo y el entendimiento, logramos construir los consensos necesarios para la aprobación de diversas reformas clave. Por ejemplo: La Reforma Hacendaria, la Reforma al Sistema de Pensiones de Servidores Públicos, la Reforma en Materia Energética, la Reforma para Fortalecer la Competencia Económica, la Nueva Ley de Asociaciones Público-Privadas en Infraestructura y muchas otras.
Todos estos cambios están apuntalando a la economía nacional y constituyen una base sólida sobre la cual México ha logrado mantener la ruta de crecimiento y la generación de empleos.
Hoy, se reconoce en el mundo, a la mexicana como una economía que crece y para muchos, para algunos, crece sorprendentemente.
En un entorno internacional cada vez más complejo, cada vez más adverso, marcado por la recesión en Europa, el estancamiento en los Estados Unidos, la desaceleración en Asia y en América del Sur, la economía mexicana continúa creciendo y generando empleo
Desde diciembre del año 2006 hasta esta fecha, se han creado en el país, más de dos millones 240 mil nuevos empleos formales netos, es decir, ya descontadas las bajas, las liquidaciones registradas en el Seguro Social y pagada la cuota obrero-patronal de los trabajadores.
En lo que va de este año, se han creado más de 940 mil nuevos empleos, entre enero y noviembre, en esta semana. Es la cifra, probablemente, más alta para un periodo similar que se tenga registro en el país. 940 mil empleos, generados únicamente en el año 2012. Y todos formales, registrados en el Seguro Social, pagada su cuota obrero patronal y descontadas ya, las bajas y las liquidaciones.
La buena marcha de la economía, además, brinda un entorno adecuado para tomar medidas, en beneficio de los trabajadores. Una de ellas ha sido la reciente revisión de los salarios mínimos generales y profesionales, a fin de igualar el Área Geográfica B con el Área Geográfica A, una añeja demanda de los trabajadores y de muchos especialistas.
Con ello, se avanza para lograr la convergencia hacia un solo salario mínimo general y profesional. Y algo muy importante: con este ajuste se protege, claramente, el poder adquisitivo del salario mínimo frente a la inflación y puedo asegurar que en estos seis años el salario mínimo no registró ninguna merma, en términos de capacidad real, medido contra la inflación.
Todo esto nos permite afirmar que, efectivamente, señoras y señores, ésta ha sido una etapa de grandes transformaciones económicas. Los mexicanos hemos actuado con visión y con responsabilidad.
De manera gradual pero consistente, hemos construido los cimientos para un mayor crecimiento y una mayor competitividad.
Yo estoy seguro de que estas bases de estabilidad, solidez y crecimiento que estamos dejando al siguiente Gobierno, serán clave para la atracción de mayor inversión al país y para la generación de empleos para los mexicanos. Así lo deseamos, con toda sinceridad.
Hoy, cuenta México con una plataforma que le permitirá crecer, aún con mayor dinamismo, con una regulación que le permitirá contratar a más y más mexicanos de manera digna y desplegar así, el enorme potencial que tiene nuestro querido México.
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