Un grupo bipartidista de senadores alcanzó ayer un acuerdo para impulsar un proyecto de reforma migratoria para 11 millones de indocumentados, que incluirá un "camino duro, pero justo a la ciudadanía"
WASHINGTON.— Un bloque de senadores demócratas y republicanos
presentó ayer las bases de un acuerdo marco bipartidista para impulsar un
proyecto de reforma migratoria que abriría las puertas de la ciudadanía a 11 millones de
indocumentados a que viven en Estados Unidos, en lo que será un “camino duro,
pero justo”.
Ocho
senadores, cuatro demócratas —Charles Schumer, Dick Durbin, Robert Menéndez y Michael
Bennet — y cuatro
republicanos —John McCain, Lindsey Graham, Marco Rubio y Jeff Flake—,
avalan este acuerdo que podría traducirse en una iniciativa de reforma
migratoria que podría aprobarse este mismo año.
En una rueda de prensa, McCain
reconoció por primera vez que, tras el voto de castigo de la comunidad hispana
a los republicanos en las pasadas elecciones presidenciales, su partido se ha
visto obligado a reconsiderar su posición frente al problema de la inmigración
indocumentada. Asimismo, admitió las diferencias en el seno del partido y el
difícil camino que hay por delante.
En un encuentro multitudinario,
el senador Schumer, reconoció que el camino iniciado ayer será difícil y reveló
que la noche del pasado domingo mantuvieron una conversación telefónica con el
presidente Barack Obama para informarle del acuerdo alcanzado. “El presidente se mostró muy contento de que
pudiéramos alcanzar un acuerdo”, dijo Schumer al considerar que,
ante la magnitud del desafío para impulsar una reforma que ha dividido durante
casi dos décadas a la nación, lo más aconsejable era que el primer movimiento
llegara desde el Senado para recabar desde ahí los apoyos necesarios en la Cámara de Representantes y
en la Casa Blanca.
“Por primera
vez en mucho tiempo, hoy es más arriesgado no apoyar una reforma migratoria,
que apoyarla”, dijo
Schumer.
Los llamados dreamers, que
llegaron al país cuando eran menores y no por voluntad propia, tendrán
preferencia para optar a la ciudadanía, mientras los trabajadores
indocumentados del sector agrícola podrán convertirse en ciudadanos mediante un
plan específico para ellos.
Obama esbozará su propia
propuesta en la ciudad de Las Vegas, en la que reiterará la necesidad de que la
iniciativa de reforma migratoria contemple la vía a la ciudadanía para todos
aquellos que reúnan los requisitos.
Schumer señaló que si la ley es
aprobada “quienes viven en las
sombras obtendrán inmediatamente el derecho legal a quedarse aquí y trabajar, y
no serán deportados siempre que no tengan registro criminal”. Reconoció que la legalización de
millones de indocumentados no tendrá un carácter automático y que estará
vinculado a la seguridad de la frontera con México y a un mayor control de los
inmigrantes con visas temporales que abandonan el país cuando les es requerido.
Durbin se pronunció en el mismo
sentido, al decir que “depende obviamente del
trabajo que se haga en la frontera. Vamos a establecer estándares para
seguridad fronteriza, y si alguna vez vamos a pasar a estas personas del
estatus temporal a la residencia permanente, tomará tiempo”.
Alcaldes
y empresarios liderados por el neoyorquino Michael Bloomberg, celebraron la propuesta
bipartidista, en tanto la Sociedad de las Américas y el Consejo de las Américas consideraron que la reforma migratoria
podrá negociarse de manera rápida y justa entre los dos partidos. (Con
información de agencias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario