martes, 31 de julio de 2012

ALFIL


Ausencia de equidad
Por Roberto Piñón Olivas
La equidad en la información de medios de comunicación social es un ingrediente fundamental en la democracia moderna, tanto por lo que tiene que ver con publicidad como noticias. Sin embargo, regular el contenido y la cantidad de la información es un asunto sumamente delicado por la controversia natural que existe por tratarse de libertad de expresión.
En nuestro país se ha optado por un sistema donde se ha excluido la posibilidad de contratar publicidad con fines político-electorales por parte de particulares, candidatos y partidos, en todo momento. Es decir, se trata de una prohibición absoluta aplicable solo a radio y televisión, que por disposición legal son permisionados o concesionados.
El resto de los medios de comunicación, internet y prensa escrita, no son sujetos a la regulación pero sí han sido impelidos por los lineamientos expedidos por la autoridad electoral que propugnan por una equidad en el manejo de la información. En estos medios, los partidos, candidatos y particulares no tienen restricción para su contratación.
En cuanto a las autoridades, estás tienen prohibido realizar contratación de publicidad durante las campañas electorales para realizar promoción de obra pública o acciones de gobierno, y de manera absoluta, no pueden apoyar a ningún partido o candidato.
La equidad en la información es un asunto complejo. En principio, hablar de equidad es pensar en un trato igual a los iguales y desigual a los desiguales. Este es el principio mediante el cual se distribuye el financiamiento público. Los recursos son distribuidos de acuerdo a la cantidad de votos de manera prevalente. Debiera pensarse que, en este sentido, también de esa manera debieran distribuirse los espacios noticiosos, lo cual no ocurre así.
De acuerdo al estudio presentado por la Universidad Autónoma de México al Instituto Federal Electoral,  de 136 mil 463 piezas informativas divulgadas en las estaciones de radio y canales de televisión muestreados, 132 mil 610, esto es, un 97%, estuvieron ausentes de valoraciones, negativas o positivas en relación con candidatos o partidos.
Las valoraciones negativas se distribuyeron 45.27% a Josefina Vázquez Mota, 26.87% a López Obrador, 10.87% a Enrique Peña Nieto y 16.97% a Gabriel Quadri. Las positivas, a Josefina 23.88 exactamente igual que Andrés Manuel, Peña Nieto 28.20% y Quadri 24.03%.
Del total del espacio monitoreado en el muestreo,  156 mil 984 piezas informativas que se refieren a candidatos o partidos, Peña Nieto captó 30.64% del tiempo, seguido por la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, con 26.52%; el candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista (PRD, PT y Movimiento Ciudadano), Andrés Manuel López Obrador, con 26.3%, y Gabriel Quadri de la Torre, con 16.48% del tiempo.
De acuerdo al computo final de la elección presidencial, Josefina Vázquez Mota obtuvo el 25.41 por ciento de los votos; Peña Nieto el 38.21%; Andrés Manuel el 31.59 y Quadri 2.29 por ciento. Es obvio que los porcentajes de notas positivas y negativas así como la cobertura en espacio dado a los candidatos es incongruente con los porcentajes de votación obtenidos.
Lo que es cierto, es que el estudio muestra que la información negativa cargo sobre la abanderada panista y no sobre Andrés Manuel, y que las notas positivas representan una diferencia mínima (4.32%) entre Peña Nieto, Josefina y Andrés Manuel.
También permite establecer con claridad que los tiempos se distribuyeron, no con equidad, sino casi con igualdad, entre los tres punteros de la elección, y que incluso Quadri fue tratado con un exceso de tiempo si se compara votación contra porcentaje de espacio recibido.
Es cierto. Debe perfeccionarse el sistema para permitir una contienda con mayor equidad. Sin embargo, un sistema rígido coarta las libertades de prensa y expresión y es propio de estados totalitarios.
Cada medio de comunicación tiene su propia línea editorial, basado en sus intereses políticos, sociales, culturales y económicos. Los lectores, radioescuchas o televidentes tienen la última palabra en relación con ellos. Lo que cobra importancia es la apertura de nuevos espacios y romper con el duopolio.

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