El equipo jurídico de Andrés Manuel López Obrador tiene la certeza de que no prosperará la impugnación con la que solicitó la invalidez de la elección presidencial ante el IFE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Los argumentos presentados carecen de pruebas y evidencias sólidas y suficientes para invalidar la elección, afirmó un destacado integrante del equipo de AMLO (quién pidió guardar en reserva su nombre).
Pudiera decirse que lo que mal empieza, mal termina, pero -aseguró el confidente- López Obrador seguirá manipulando la opinión pública y haciendo ruido y escándalos para estirar la liga y presentarse nuevamente como candidato presidencial en 2018, con cargo a las jugosas contribuciones de sus seguidores y las cuantiosas cuotas de los gobiernos perredistas del Distrito Federal (y las Delegaciones ganadas por Bejarano), Tabasco, Morelos, Guerrero, Oaxaca y Ciudad Nezahualcóyotll (Edomex). No cabe duda, cuando sale el sol, la vida es bella.
Empero, al margen de que la elección presidencial en septiembre será declarada válida y Enrique Peña Nieto será declarado Presidente Electo, permítame hacer las siguientes formulaciones:
El señor López Obrador afirma:
ü Que los comicios no fueron libres, ni auténticos.
ü Que hubo rebase de topes de gastos de campaña.
ü Que hubo compra y coacción de votos.
ü Que las encuestas fueron utilizadas electoralmente.
Sin embargo, AMLO omite decir que:
ü Desde hace nueve años inició su campaña hacia la Presidencia de la República, con cargo a los recursos del gobierno del Distrito Federal, sin que nadie lo impidiera y sin que hubiese reportado al IFE los gastos correlativos.
ü La inducción del movimiento estudiantil #YoSoy132 a cargo de los operadores de AMLO, dio vida a su campaña, relanzándola, llevándolo a la cima en el segundo lugar de la contienda, desplazando a la candidata del PAN.
ü Con el respaldo del movimiento estudiantil, AMLO hizo cuentas optimistas que le aseguraban el triunfo. Fueron los días de gloria de López Obrador. Ya se sentía presidente.
ü La noche del día de la elección y los días posteriores, AMLO declaró que tenía otras cifras diferentes a las del IFE, aunque nunca las mostró.
ü El IFE hizo el recuento de poco más de la mitad de votos y casillas, a la vista de todos los representantes de los partidos políticos, sin encontrar anomalías y confirmando los números del PREP.
ü Sin importarle las consecuencias, al amparo del movimiento juvenil #YoSoy132, operó a ultras, porros y grupos violentos, dirigiendo las agresiones físicas y verbales en contra del candidato del PRI (EPN).
ü Con el apoyo de sus personeros, pasó la charola a grupos de empresarios pidiendo cuantiosas sumas en dólares.
ü Mediante la intervención de un afamado inversionista, se allegó un diario de circulación nacional, para favorecer su campaña.
ü Mintió constantemente, afirmando que las encuestas le daban ventaja sobre EPN.
ü Con el apoyo del gobierno del D.F. en un juego de futbol, llenó de porros el Estadio Azteca para gritar consignas en contra de Peña Nieto.
ü Su equipo de campaña orquestó una guerra de lodo en contra del PRI y su candidato, con anuncios en radio y tv, ofensivos y faltos a la verdad.
ü En el Distrito Federal y gobiernos estatales y municipales perredistas, hubo reparto de tarjetas para adultos mayores, madres solteras…a cambio del voto. Práctica común del Partido de la Revolución Democrática.
ü Ni así ganó AMLO. Ya será para la próxima.
México no quiere escaramuzas, pleitos, ni conflictos. Lo que pidieron los mexicanos en las urnas es un gobierno serio, competente, con resultados en el corto plazo, que ponga el ejemplo y orden en todos los ámbitos, esferas y niveles, con acciones eficaces que se traduzcan en progreso y bienestar para la población, en un ambiente de paz y concordia.
José Sánchez Talavera
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