Xalapa, Ver., a
18 de octubre de 2013
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La
mejor forma de tratar la obesidad es previniéndola
La obesidad actúa como un agente promotor de
patologías graves como la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares
(especialmente la cardiopatía isquémica), e incluso algunos tipos de cáncer,
como los gastrointestinales, afirmó el médico de la
Coordinación de Prevención y Atención a la Salud José Luis Barradas
Velásquez, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La obesidad se
produce cuando existe un exceso de tejido adiposo (grasa) en el cuerpo: aquellas
personas cuyo peso supera en un 20 por ciento o más el punto medio de la escala
de peso según el valor estándar peso/altura, son consideradas obesas.
La obesidad puede ser clasificada como leve (del 20 al 40
por ciento de sobrepeso), moderada (del 41 al 100 por cien de sobrepeso) o
grave (más del cien por cien de sobrepeso). Este problema es grave en solamente
el 0,5 por ciento de las personas obesas.
Con respecto a las causas dijo a conocer que hay muchas
causas implicadas en la aparición del problema. Aparte, de los malos hábitos de
vida (mala alimentación y falta de ejercicio físico) también existen factores
genéticos y orgánicos que inducen su aparición.
Añadió que la acumulación del exceso de grasa debajo del
diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los pulmones,
provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo. La
dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño,
provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que
causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.
“En el IMSS hemos efectuado estudios que nos indican que
la obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la
zona inferior de la espalda y agravamiento de la artrosis, especialmente en las
caderas, rodillas y tobillos”.
Barradas Velásquez subrayó que la mejor forma de tratar
la enfermedad es previniéndola, identificando precozmente a los pacientes en
los que a partir de los 20-25 años comienza a cambiar el peso.
“Los nuevos enfoques terapéuticos del Seguro Social están
basados en promover una pérdida de peso con programas de control de las
enfermedades y problemas asociados, que dan lugar a problemas vasculares,
cardiacos y metabólicos”.
Finalmente sostuvo que el obeso no debe perder kilos sino
masa grasa, con pérdidas pequeñas y duraderas que impliquen una rentabilidad
metabólica. Es necesario consolidar la pérdida de peso a largo plazo, y además,
reducir el riesgo de muerte prematura, de enfermedad cardiaca, metabólica y
vascular.
“En ciertos casos, los médicos pueden decidir que, además
de cambiar la dieta y realizar ejercicio físico, es necesario completar el
tratamiento con fármacos, que deben ser administrados con una dieta moderadamente
hipocalórica y equilibrada”.
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