MEXICO, D.F., a 13
de octubre del 2013
Pocas cosas merecen
tanta atención en las democracias modernas como la protección a los derechos
humanos de toda persona en sus territorios, sin embargo, hay muchos países que
están aún lejos de hacerlos efectivos por diversas razones, como: una correcta
educación temprana sobre las ventajas de respetarlos, un compromiso social y
gubernamental de respeto hacia los mismos, por mencionar algunos.
En nuestro país,
existen mecanismos adecuados para la exigencia del respeto a los derechos
humanos, como el juicio de amparo y las recomendaciones de la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos (CNDH), así como el actuar de diversas organizaciones,
activistas, Jueces y Magistrados
federales y locales, comprometidos con la promoción, protección y prevención de
violaciones a estos derechos.
Si bien, las
recomendaciones de la CNDH
carecen del poder vinculante coercitivo, ya está facultada
para investigar violaciones graves a derechos humanos, hacer comparecer a
servidores públicos que no acepten o se nieguen a cumplir las recomendaciones;
aunado a que en nuestra sociedad crece la intolerancia a la impunidad, a
la negligencia de la autoridad, así como la desconsideración hacia los derechos
de terceros.
Uno de los ejes
centrales del gobierno de Enrique Peña Nieto está dirigido a lograr que las
instituciones gubernamentales, en todas sus áreas, emprendan acciones de
prevención y protección a los derechos más básicos inherentes a cualquier ser
humano, de ahí la concepción de la “Cruzada Contra el Hambre”, cuyas acciones
están encaminadas de manera firme y clara a garantizar derechos tan esenciales
como el derecho a la alimentación adecuada.
La semana anterior
conocimos, por los medios de comunicación, al menos tres eventos lamentables
contra los derechos humanos, como los dos partos no atendidos en hospitales
locales: el de Irma en Jalapa de Díaz, Oaxaca quién espero más dos horas sin
ser atendida en plenos trabajos de parto y tuvo que dar a luz sin asistencia en
el jardín del mismo hospital y, el otro caso, el de una mujer de Tehuacán,
Puebla donde de inmediato se anunció la destitución del director del Hospital;
y el de abuso infantil registrado en un centro preescolar de la Ciudad de México, cuyo
video fue difundido ampliamente, observándose la violencia en contra de un niño
por la persona que debía cuidarlo en lugar de agredirlo.
Estos sucesos nos
demuestran que falta mucho por hacer, que debemos redoblar esfuerzos para
lograr que los derechos humanos no sea letra muerta y sea parte importante en
la vida de los mexicanos; cumpliéndose plenamente con la visión para la que
fueron institucionalizados y sea garantizada por el compromiso gubernamental,
en cada hospital, cada colegio, por cada uno de nosotros.
Mi compromiso con
los derechos humanos está sustentado en la convicción de un Estado de Derecho y
respeto mutuo como único medio para la sana convivencia y que la conveniencia
debe estar regida por leyes que se cumplen para garantizar que los derechos de
los demás no serán violentados, como tampoco los míos.
No existe lugar más
idóneo para vivir en armonía, que aquél donde la vida en comunidad está regida
únicamente por el derecho acordado de manera previa y como medio de evitar una
situación que nos puede afectar a todos por igual.
Que tengan una
excelente semana, sus ideas y comentarios son fundamentales para un servidor.
¡Gracias!
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