Los operadores cercanos de Andrés Manuel López Obrador, insisten en afirmar que el proceso electoral presidencial de 2012, ya quedó marcado por la inequidad y el agravio a una parte considerable de la sociedad, que está convencida de que ocurrieron irregularidades graves y se compró la elección (*). Veamos:
No es ningún secreto que en el PRD la semana pasada, en su Reunión Cumbre de Acapulco, ya dieron por perdida la elección presidencial, toda vez que las impugnaciones y demandas presentadas por AMLO, carecen de fundamento, pruebas suficientes y alcance, para invalidar la elección.
Al respecto, el Instituto Federal Electoral (IFE) aseguró que en la resolución de quejas que le son presentadas aplica la ley y argumentó las tres razones por las que el pasado jueves consideró infundada la queja que interpuso el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en contra de Enrique Peña Nieto, candidato presidencial del PRI-PVEM:
1. La queja alude a hechos ocurridos antes del cambio constitucional de 2007 y, por lo tanto, el IFE y ninguna otra autoridad, podría aplicar de modo retroactivo normas legales que cobraron vigencia años después", detalló el IFE en un comunicado.
2. La queja era en realidad una reiteración de otras quejas que ya habían sido conocidas y desahogadas por el IFE y por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Es decir, la coalición pretendía rediscutir asuntos que ya son cosa juzgada, algunos de los cuales, incluso, el IFE sancionó en su oportunidad.
3. La última parte de la queja consistía en la aparición del entonces precandidato priísta, en un programa de espectáculos. El IFE consideró que cada medio puede decidir entrevistar a las personas que considere relevantes. Asimismo, la entrevista se transmitió sólo una vez y no se incluyó de manera reiterada o repetitiva en la programación.
Desde luego hace falta el fallo del TRIFE, que se espera para el cinco de septiembre próximo:
Ø ¿Los comales, gorras, camisetas, pollos, gallinas, patos, borregos y chivos, prueban la compra de votos?
Ø ¿De cuantos votos estamos hablando: cinco, cinco mil, cincuenta mil, quinientos mil? ¿de cinco millones?
Ø El asesor especialista electoral de AMLO, Arturo Núñez Jiménez, ya emitió su opinión al respecto: es imposible demostrar la compra de votos.
Ø ¿Entonces?
Ø ¿Cuánta gente de la sociedad se siente agraviada?
Ø Afirmar que una parte considerable, es una exageración.
Ø En cualquier democracia, los que pierden tienen razón en hacer pucheros.
Ø ¿Por qué AMLO y sus operadores no impugnaron la elección de gobernadores, senadores, diputados? ¿ese sí fue limpia, equitativa, transparente, y justa?
En fin, no sobra repasar el desarrollo del pasado proceso electoral
ü Las casillas se instalaron, las operaron representantes de los partidos y la sociedad civil.
ü Se acreditaron decenas de miles de observadores electorales, nacionales y extranjeros.
ü Los medios de comunicación estuvieron pendientes en las casillas.
ü Hubo una crecida participación de los jóvenes, tradicionalmente repelentes a comicios.
ü No hubo reportes de las trampas de antaño: urnas embarazadas, ratón loco, carrusel…
ü Tampoco hubo agresiones, violencia, quema de casillas, altercados, muertos.
ü El sistema funcionó con toda normalidad y en los tiempos previstos salió la información.
ü Se recontaron los votos de más de la mitad de las casillas y los resultados fueron positivos.
ü La organización del IFE fue impecable, siguiendo a pie juntillas lo que dice la normatividad.
ü Los representantes y los partidos políticos actuaron en un marco de civilidad y normalidad.
ü Nadie reclamó o impugno que AMLO llevara cinco años de campaña, con recursos opacos.
ü El gobierno federal actuó en el desarrollo de las campañas, con imparcialidad democrática.
ü Las presuntas irregularidades que presentan los partidos no ameritan invalidar la elección.
El prestigiado analista, político e historiador Luís Farías Mackey, afirma al respecto que uno de los vicios de la partidocracia es abstraer a los partidos del marco de responsabilidad social que implican su existencia y hacer. Subraya Farías que la votación es recibida y contada por ciudadanos sorteados y finalmente aprobados con la participación de los partidos políticos, que vigilan su actuar con representantes generales y de casilla. No hay pues decisión electoral posible, destaca Farías, sin la participación de los representantes de los partidos políticos y, además, sin que pueda ser combatida jurisdiccionalmente por ellos.
De seguir por donde vamos –concluye Farías- mañana será delito tener opinión política porque con ella se estará coaccionando al ciudadano; traer una camiseta o gorra de un partido será prueba de que quien la porta vendió su voto y entrevistar a un candidato será delincuencia organizada.
No se preocupe. Relájese, que lo mejor de AMLO todavía está por verse.
José Sánchez Talavera
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