Por lo que se puede apreciar, el gobierno de Enrique Peña Nieto tendrá que acostumbrarse y escuchar las cantaletas y lloriqueos de Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores: fraude, robo de elección, compra de votos, la mafia en el poder, corruptos, recursos ilícitos, compraron la presidencia…así es la democracia, debe existir tolerancia aún y cuando la elección la haya ganado Peña Nieto por amplio margen de tres y medio millón de votos, en el marco de la ley y la normatividad electoral, que le darán en triunfo en las próximas semanas.
Desde luego, otra cosa muy diferente será el tratamiento que deberá darse a los actos vandálicos. Orden y respeto a la comunidad, es lo menos que se puede pedirse. Al que no le guste el calor, que no se meta a la cocina.
Políticos y analistas sugieren que Enrique Peña Nieto, ya como presidente, deberá legitimar y fortalecer su autoridad mediante golpes de timón, como lo hizo en su inicio de gobierno Carlos Salinas, derribando al líder del magisterio, a los líderes petroleros y a varios gobernadores del PRI.
Empero, al final del día hoy subsisten los líderes desprestigiados y poderosos o gobernadores, iguales o mejorados, muy mejorados.
En vez de optar por golpes mediáticos y superficiales o medidas cosméticas, habría que meterse a fondo y realizar cambios radicales, que brinden eficacia, orden y transparencia en todos los ámbitos, esferas y niveles de gobierno.
EL USUFRUCTUADO CAMPO MEXICANO
El próximo gobierno enfrentará retos que no se resuelven con más presupuestos, apoyos o beneficios fiscales; tampoco se solucionan con reestructuraciones, fusiones, reingenierías, cirugía mayor o nuevos diagnósticos.
Es el Campo Mexicano, un complejo reto cuya solución implica necesariamente, hacer un alto en el camino y cambiar los paradigmas. Veamos un ejercicio práctico. Seguramente usted se ha preguntado alguna vez:
¿Para qué impulsar la agricultura, en zonas en donde no llueve?
Usted se imagina los miles de millones de pesos que los gobiernos federal, estatal y municipal tiran año con año en créditos, seguros, tractores, diesel, semillas, fertilizantes, mano de obra y demás, para sembrar maíz y frijol en tierras de mala calidad y sin lluvias. No se le hace ilógico y criminal el desperdicio.
¿Por qué lo hacen los gobernantes? Es muy sencillo, por qué así lo hicieron los anteriores. Es la inercia y el camino fácil. Lo más fácil es justificar la estrategia e inflar y maquillar las cifras de la producción nacional. Mentiras y más mentiras.
¿No se le hace absurdo que se impulse la instalación de costosos invernaderos, recubiertos de un material plástico, que al primer ventarrón se rompe o de plano lo tira? ¿Para sembrar tomates caros? ¿Para venderlos a bajo precio? ¿Quién gana?
Ya no hablemos de la duplicación de funciones entre las dependencias federales, estatales y municipales, o de la corrupción y simulación en los múltiples apoyos a productores agrícolas y ganaderos ¿Conoce usted a los millonarios beneficiarios de una fuente de corrupción llamada agricultura por contrato? La burocracia del campo se ha transformado en un grotesco pulpo insaciable, que come mucho dinero y padece macrocefalia. Vea usted los datos duros de los especialistas:
ü El presupuesto del agro para 2013 rondaría los $75,000 millones.
ü Sin embargo, con los subejercicios presupuestales (35%), que ya se volvieron práctica común, el presupuesto final sería de $48,750 millones.
ü Los sectores agropecuario, ganadero y pesquero no han generado crecimiento económico, pese a los beneficios fiscales de los que gozan.
ü En los últimos cinco años, la actividad económica del sector primario prácticamente no ha crecido, representando menos del 4% del PIB.
ü En países como Brasil el sector primario significa más del 5% de su PIB, en China más del 10%.
ü Para 2012 el crecimiento del sector primario será negativo.
ü Para el 2013, el erario no recibirá $17,992 millones del agro.
ü Se dejarán de recaudar $16,757 millones en 2012.
De acuerdo con los expertos, ante el bajo crecimiento económico y la nula recaudación de impuestos en relación al sector primario, resulta necesario revisar en el corto plazo si los beneficios fiscales aplicables al régimen tributario del sector son adecuados para impulsar su desarrollo o en su defecto reorientar los apoyos mediante asignaciones.
¿Qué le parece?
José Sánchez Talavera
México, D.F. 05.08.12 josesancheztalavera@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario