jueves, 18 de abril de 2013

Theurel: caos en el Ayuntamiento


 * Deja sin salario a empleados municipales  * Paro laboral a manera de presión * ¿Y así quiere Duarte que voten por el PRI?  * Wong, Guízar, Bustamante, Pulgoso, en complot  * La traición a Caballero y Mónica  * Balandrano, la otra carta de Edel  * Pepe Uribe, Tommy Santiago y Nora Cortázar, futuros regidores  * Mónica y Quintanilla  * El fraude a SCT  * El anayismo trae locos a los montielistas 
 MUSSIO CARDENAS ARELLANO
16 de abril de 2013
 Derrochador y gastalón, suele Marco César Theurel Cotero comer suculentas carnes, disfrutar las mejores viandas, beber güisqui y vinos hasta perderse en la inconsciencia, comprarse un avión y cumplirse los más exóticos gustos, pistolas y rifles, pero al personal del Ayuntamiento de Coatzacoalcos lo maltrata, lo patea, lo somete, lo denigra y por si algo faltara, lo deja sin salario.
Theurel —“Te rompo tu puta madre”— tentó esta vez al diablo y casi toca el infierno. Día aciago, día de ira y rencor, el lunes 15 iban y venían los empleados municipales, pasaban de un cajero automático a otro, viendo, azorados, cómo los números en sus cuentas marcaban ceros, sin otra explicación que el incumplimiento del Ayuntamiento en el pago de su quincena.
Afectó a mil 800 trabajadores sindicalizados y 800 de confianza que se día se quedaron sin cobrar y que horas después exigían respuestas que no llegaban, pasmado su líder, Gersaín Hidalgo, quien sólo atinaba a justificarse: “Hay buena relación con la administración, pero esta vez no nos informaron que no se realizaría el pago quincenal”.
Theurel no dio la cara. Hizo saber con su pandilla que el colapso financiero se lo debía a los más de 90 millones de pesos de recursos federales que no aterrizan en Coatzacoalcos, ya sea porque los retiene la Federación o porque los jinetea el gobierno de Veracruz, la otra pandilla, la de Javier Duarte de Ochoa, el gobernador, y que el miércoles 17 ya habría fondos, argumento que sonaba a rancia mentira y que fue tomado como un insulto.
Líder sin liderazgo, beneficiario de los favores del alcalde de Coatzacoalcos, Gersaín Hidalgo no tardaría en verse rebasado por las bases sindicales, que a la mañana siguiente, el martes 16, muy temprano, a eso de las 7, ya habían decretado un paro de labores y tácitamente sentenciado a su alcalde, Marcos Theurel, al pago inmediato o a ver paralizado su Ayuntamiento.
Theurel, por supuesto, seguía sin dar la cara. No envió al tesorero sino al alcalde Bis, Benito Argüelles Calzada, el director Jurídico que detenta más poder que todo el cabildo, que se transporta en una Hummer, que trae escolta y que ostenta riqueza inexplicable, a lanzar una nueva avalancha de justificaciones, la promesa de que se pagaría la quincena atrasada, o mejor dicho retenida, en cuestión de horas y que todo volvería a la normalidad.
Le dijeron que sí, pero que no volverían a laborar hasta que se saldara el pago al último de los agremiados en el sindicato de empleados municipales.
Súbitamente apareció el dinero que decía la mafia theurelista que no existía, que llegó retrasada y que motivó que no se realizaran los depósitos en las cuentas del personal. ¿O sí se disponía de fondos pero se jineteaban para producir rendimiento?
“No sé en qué mamadas anda pensando Theurel”, se escuchaba decir a los empleados que marcharon hacia el Ayuntamiento en protesta por la retención de su salario. “Mientras él gasta millones a nosotros no nos puede pagar el miserable salario”, acusaban otros.
Nueve horas después, el paro laboral concluía, doblegado el alcalde Marcos Theurel y a la luz el caos financiero del Ayuntamiento, donde lo mismo se le deja de cubrir el salario a los trabajadores que se contrae una deuda de 350 millones de pesos, pagadera a 30 años.
Tirano sin entrañas, Marcos Theurel —“Te rompo tu puta madre”— dejó ahora a los empleados municipales sin su salario quincenal, trabajadores de a pie, míseras sus percepciones de a 4 mil pesos mensuales la mayoría, mientras derrochó 69 millones de pesos en publicidad para darle nombre a su esposa, Lu-pilla Félix, y quitarle el estigma de su progenitora, la abuelita impune, Lu-pilla Porras, ex alcaldesa de Minatitlán, con quien Theurel hizo transa y media desde la Secretaría de Comunicaciones, donde despachaba bajo el cobijo cómplice del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán. Los documentos del fallido puente Capoacán, transferencias bancarias incluidas, así lo demuestran. ¿O no Marcos?

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