jueves, 28 de febrero de 2013

Elba Esther ya; ¿y Granier, Montiel, Moreira, Fidel, Sabines, Deschamps?


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 MUSSIO CARDENAS ARELLANO
27 de febrero de 2013
 Profundamente corrupta, indefendible, cacique y tirana, Elba Esther Gordillo Morales se inventó poderosa de la mano del salinismo y, paradójicamente, cayó en desgracia bajo el yugo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, vía Enrique Peña Nieto. Su aprehensión, sin embargo, no fue un acto de justicia como el gobierno pregona; es, como en las mafias de la historia, un ajuste de cuentas entre socios y cómplices, que se desechan cuando caducan.
Masacrada por los suyos, aprehendida por cargos de lavado de dinero, delincuencia organizada y operación con recursos de procedencia ilícita —lavado de dinero—, “la maestra” duerme ya en Santa Martha Acatitla, la cárcel de mujeres, como una de las Poquianchis de la vida política, tras ser aprehendida en el aeropuerto de Toluca, la tarde del martes 26, procedente de San Diego, en un vuelo privado.
Le imputan tres delitos, pero en el centro de la telenovela están los fondos del sindicato magisterial (SNTE), algo así como 2 mil 600 millones de pesos, que dice la Procuraduría General de la República le servían para repellarse el rostro, estirarse la lonja y reposicionarse las bubis, a la par de adquirir obras en galerías de arte o las galerías completas; darle mantenimiento a sus aviones y adiestrar pilotos; darse vida de reina en hoteles de lujo y derrochar en exclusivas tiendas; nutrir sus cuentas y las de la familia, y atenderse tres males que si no acabaron con su vida, lo hará su desventura política: insuficiencia renal, hipertensión y hepatitis C.
Dicho de otra manera, “la maestra” está en el fondo del abismo. Si no la matan sus enfermedades, la mata la embestida del gobierno de Peña Nieto.
Lo jurídico, sin embargo, es irrelevante. Elba Esther Gordillo pudo ser acusada hasta por una infracción de transito y hoy estaría igual, confinada en una celda, condenada a pasar sus últimos días tras las rejas.
No es el punto si se enriqueció, si le robó a los maestros, si lavaba dinero. Tampoco cuadra si es un tema índole federal o del fuero común. No está claro si la PGR tiene jurisdicción o si se excedió. ¿Jodió al gobierno o jodió a sus pares, los maestros? Si fue a éstos, no hay delito federal.
Lo de Elba Esther es político. De siempre se le supo corrupta, pero fue la pieza usada por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, el 24 de abril de 1989, para derrocar a su antiguo mentor, Carlos Jonguitud Barrios. Era corrupta pero útil al salinismo. Era corrupta pero al servicio del PRI. Y así fue en el zedillismo, con el que acrecentó su poder y se enriqueció escandalosamente.
Marcó su destino cuando traicionó al priísmo. Pactó con Vicente Fox, en 2000, y tuvo a cambio un régimen a sus pies. Fue clave para llevar a Felipe Calderón a Los Pinos, en 2006, y ganó una subsecretaría en Educación, la Lotería Nacional, el ISSSTE, que entregó a su aliado, Miguel Angel Yunes Linares, con quien luego habría de romper.
Insaciable, chantajeó al PAN y a Calderón, y cuando pudo y le convino, desde su nuevo partido, Nueva Alianza, respaldó candidaturas priístas. Impuso gobernadores, alcaldes y diputados, transformada en el fiel de la balanza, la señora de los votos.
Incapaz de leer su futuro, Elba Esther Gordillo no advirtió que Peña Nieto la atrajo, la alejó del PAN, le ofreció una alianza y luego fracturó el acuerdo. Quedó al garete cuando el PRI se alejó, le negó senadurías y diputaciones, pero sobre todo, la confrontó con el PAN y con López Obrador.

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