martes, 9 de abril de 2013

Teté Rico y Brenda: juego sucio en Nanchital


 * “Mary Banquetas” y Víctor Manzanilla en el ORFIS  * PRV en 2044: cuando Brenda Manzanilla traicionó al PRI  * Siete distritos en los que el tricolor triangulará candidatos  * Alianza por Coatzacoalcos ya cocina la toma del PRI estatal  * Mónica Robles y los 100 lotes perdidos  * Alarma en el PRD: aún expulsada, Gloria Rasgado quiere ser candidata a la alcaldía * Espía infiltra el IEV en Cosoleacaque
 MUSSIO CARDENAS ARELLANO
“Mary Banquetas” es un apodo hiriente y socarrón para describir a María Esther Rico Martínez en la alcaldía de Nanchital, de cuya obra sus gobernados acumulan recuerdos infaustos, porque adolece de ínfima calidad y anidó negocios impúdicos, y peor ahora que, vía su hija Brenda Manzanilla, pretende asaltar de nuevo la presidencia municipal.
Derrochadora de recursos, en las banquetas del primer cuadro de la ciudad invirtió una millonada, no para embellecer a Nanchital sino para hacerles más fructífero el negocio a las constructoras favoritas, con las que se entendía de maravilla, así como en proyectos inacabados, que a dos años de haber dejado el poder permanecen como un monumento al despilfarro.
“Mary Banquetas” o Teté Rico fue una decepción cuando estuvo en la alcaldía pues una de las banderas de campaña había sido la honestidad y el combate a la corrupción. Sonaba bien su oferta política, sólo que su primer escollo fue meter al orden, y de ser posible a la cárcel también, a quien le antecedió en el cargo, su compadre Francisco León Ocejo Meza, al que le halló irregularidades, cuentas sucias, acciones fraudulentas y una cauda de tropelías que, según quienes conocieron el caso, rondaba los 50 millones de pesos.
Proceder contra su compadre Ocejo se antojaba imposible, pero más contra el tesorero de aquel ayuntamiento al que le brotaba pus por donde le hurgaran: Víctor Manuel Manzanilla, esposo de Teté Rico, aunque con quien de tiempo atrás había marcado una sana distancia.
Los ruegos de sus hijos, Brenda y Eduardo Manzanilla Rico, hicieron efecto. Transcurrieron los tres años de gestión y no sólo no procedió legalmente, sino que movió el mundo para reducir el desfalco y salvarle el pellejo al ex. Ante el Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz, logró disminuir el daño patrimonial a 17 millones; después a 8, y finalmente a nada.
Un reporte interno de la Sección 11 del sindicato petrolero, refiere que Teté Rico contactó a un personaje clave para suavizar al ORFIS: Carlos Grajales García, brazo derecho del entonces auditor general, Mauricio Audirac, y ex tesorero municipal en Coatzacoalcos, durante la primera alcaldía de Marcelo Montiel Montiel, entre 2001 y 2004.
Una fotografía hasta ahora inédita, muestra a Teté Rico y Víctor Manzanilla a las puertas de ORFIS, él cargando una maleta que, según el reporte, contenía un millón de pesos. Ese día, “Mary Banquetas” vestía blusa y chamarra rojas y una pantalón de mezclilla azul; el esposo, camisa amarilla, pantalón negro y una chamarra color mostaza; portaba además unos lentes oscuros, quizá imaginándose de incógnito.
Posterior a esa entrega —dice el reporte— “Mary Banquetas” realizó tres inyecciones de a millón, una por cada año de su administración. Así salvó a su ex y a su compadre Francisco León Ocejo Meza de enfrentar una denuncia por peculado por 50 millones de pesos. Ahí pudo medirse su honestidad.
Con Teté Rico en la alcaldía, Nanchital entró en un pasmo de antología. Dejó obras a medias que hoy el pueblo le reprocha. Una de ellas fue el salón de usos múltiples Francisco Balderas Gutiérrez, que había iniciado en la administración de Ocejo Meza y que a la fecha, ocho años después, permanece inconcluso.
“Mary Banquetas” o Teté Rico regateó la obra, logró que le fuera retirada a la compañía EGRUS, de la familia Chagra, y que se le reasignara a la empresa MICA, S.A. de C.V., la cual arrancó con un nuevo proyecto, o mejor dicho simulando un nuevo proyecto, pues sólo readecuó el original y volvió a cobrarlo al gobierno de Veracruz.

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