jueves, 31 de enero de 2013

El SME vuelve a las calles, tras el balde de agua fría de la Suprema Corte; pero, ¿tendrá la misma fuerza?


 Por: Redacción / Sinembargo - enero 31 de 2013 - 0:00 Foto del día, México, TIEMPO REAL, Último minuto - 2 comentarios   Ciudad de México, 31 de ene (SinEmbargo).- Todos recuerdan la primera manifestación. “El SME muestra músculo”, dijeron casi todos los periódicos impresos de la capital del país, de El Universal a Milenio.
 Fue una semana después del 11 de octubre de 2009, cuando el entonces Presidente Felipe Calderon Hinojosa decretó la extinción y liquidación de Luz y Fuerza del Centro. 
Por las calles del centro del Distrito Federal corrían ríos de manifestantes, afectados o simples simpatizantes. Andrés Manuel López Obrador, un afecto a su causa, se perdió en la multitud e incluso no alcanzó a llegar a tiempo al mitin en el Zócalo. 
Ahora, tras tres años de lucha, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) vuelve a convocar a las calles. La pregunta obligada es: ¿Tendrá el mismo arrastre, la misma fuerza? Manuel Esparza, dirigente del sindicato, ha recibido golpes fuertes.
 No sólo en las cortes: también por detractores y por una parte de la prensa que siempre consideró su liderazgo como el de Elba Esther Gordillo o Carlos Romero Deschamps, desde la izquierda.
 Algunos ex sindicalizados aceptaron ser liquidados por el gobierno, y otros, simplemente, tomaron otro rumbo mientras el SME era sacudido por ex directivos que afirman hubo desvíos de fondos.
 El camino legal parecen haber llegado a su fin. La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para desechar el amparo de reinserción laboral de 16 mil personas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como patrón sustituto, avaló el golpe que el ex Presidente Felipe Calderón le dio a la paraestatal Luz y Fuerza del Centro (LyFC) al ordenar su extinción en 2009.
 En ese año, el entonces Mandatario Federal argumentó que los costos de LyFC eran mayores a sus ventas. Según informes oficiales al cierre del 2011, la CFE también reportaba pérdidas por 17 mil 118 millones de pesos, es decir subieron 21.4% respecto al año anterior.
 Para Martín Esparza, líder del SME, Calderón tomó una decisión equivocada, autoritaria, violentando la legislación mexicana, los tratados internacionales, con el único objetivo de acabar con el contrato colectivo del SME que refleja las conquistas históricas de la clase trabajadora en 98 años, dijo el dirigente sindical en entrevista con CNN. Jubilados y liquidados del SME solicitaron al Presidente Enrique Peña Nieto iniciar el  programa de reinserción laboral, tras denunciar  “que fueron engañados y abandonados por la administración pasada”.
 Sin embargo, un día después de que Esparza informara que se instalarían mesas de diálogo, encabezadas por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong,  la SCJN dio un revés a los agremiados y les negó ser recontratados por la CFE.
 Aunque el SME anunció que continuará con huelgas y manifestaciones, y que acudirá a instancias internacionales. La decisión está tomada y los 16 mil trabajadores deberán acudir por sus liquidaciones y buscar otra fuente de empleo. SME, UNA HISTORIA DE EXTINCIÓN El 10 de octubre de 2009 por decreto presidencial se ordenó la extinción de la paraestatal Luz y Fuerza del Centro (LyFC), la Policía Federal tomó las instalaciones de la compañía y pronto los órganos gubernamentales reconocieron la medida mientras los trabajadores -44 empleados fueron despedidos- se plantaron el el Zócalo, realizaron huelgas de hambre y marcharon en distintos puntos del país.
 Las pugnas del SME, con 98 años de vida, han continuado y no cesan ante al paso del tiempo y la defensa del decreto de Calderón por él mismo y de quien fuera su secretario de Trabajo, Javier Lozano.
 Luz y Fuerza del Centro fue un organismo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio que fue declarado en liquidez desde la década de los setenta. Permaneció así hasta 2009.
 De acuerdo con El Universal, la industria eléctrica nacional surgió de manos de particulares y comenzó a hablarse de su nacionalización en 1938, pero este proceso culminó hasta 1960. En tanto, la historia de su sindicalismo se remonta a 1911 cuando nace la Liga Mexicana de Electricistas. En 1914 se constituyó el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), vigente hasta nuestros días. 
LyFC se encargó durante años de transmitir, distribuir y comercializar la energía eléctrica al Distrito Federal, 80 municipios del Estado de México, cinco en Hidalgo y algunos más en Puebla y Morelos. 
El 10 de octubre de 2009 Felipe Calderón decretó la extinción de la empresa, argumentado que sus costos eran mayores a sus ventas. Esa noche, elementos de la Policía Federal ocuparon las instalaciones de la compañía. Tras esta medida, 44 mil personas quedaron sin empleo.
 Antes de esta resolución, la Secretaría de Trabajo había negado la toma de nota a Martín Esparza, líder del SME. Pero casi un año más tarde, en septiembre de 2011 Calderón le otorgó la toma y le dio facultades para la administración de los bienes sindicales.
 En este conflicto Calderón no fue el único político implicado, acusan ex empleados de la Comisión, quienes señalan a Javier Lozano Alarcón, entonces titular de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) como responsable de la medida que les costó el trabajo.
 El ex mandatario continuaría defendiendo su decisión y en mayo de 2012 dijo que había servido para paliar la crisis y “que de no haberse hecho así, México estaría en estos momentos como muchos países europeos: en la línea de fuego”.
 Lozano siempre se mostró a favor de la extinción y días después de haberse realizado, afirmó, ante el pleno de la Cámara de Diputados, que el proceso fue “legal, legítimo, oportuno y conveniente a la economía general y al interés de la nación”. También dijo que los trabajadores que quisieran ampararse o protestar estaban en su derecho, pero no habría marcha atrás.
 Incluso sus opositores buscaron llevarlo a juicio político por este hecho, pero no lo lograron. Por su parte, el entonces Secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, anunció la posibilidad de recontratar a unos 10 mil trabajadores; algunos lo aceptaron, otros lo rechazaron y empezaron movilizaciones.
 El gobierno anunció que procedería con la liquidación de los trabajadores a partir del 14 de octubre. Los trabajadores presentaron entonces un recurso de amparo colectivo que fue admitido por un juez federal el 30 de octubre de 2009.
 Pero el 11 de diciembre la jueza federal Guillermina Coutiño Mata, negó a los trabajadores el amparo solicitado contra el decreto de extinción de LyFC.
 La liquidación de la paraestatal fue avalada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en julio de 2010; sin embargo, el 13 de septiembre de 2012 el Segundo Tribunal Colegiado resolvió que se debía mantener la relación laboral entre el sindicato con Luz y Fuerza del Centro o con un patrón sustituto. 
La empresa fue sustituida por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que actualmente suministra electricidad a todo el país, mientras su ex trabajadores continúan con marchas y protestas. 
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