Nuevo León, Distrito Federal, Chihuahua, Morelos, Guanajuato y Coahuila son los estados donde se registró la mayor tasa de deserción en el último año, mientras que Puebla, Chiapas, Tabasco, Veracruz, San Luis Potosí, Guerrero y Tamaulipas tuvieron los índices más bajos de todo el país
En la última
década, poco más de 6.5 millones de jóvenes abandonaron de manera definitiva o
temporal el bachillerato en México, revela la Encuesta Nacional
de Deserción en la
Educación Media Superior.
La cifra de
desertores creció cada año en términos absolutos, en cifras que van desde el
medio millón hasta pasados los 625 mil jóvenes, por lo que al finalizar la
década la suma es de más de 6 millones y medio de alumnos fuera de la escuela.
Nuevo León,
Distrito Federal, Chihuahua, Morelos, Guanajuato y Coahuila son los estados
donde se registró la mayor tasa de deserción en el último año, mientras que
Puebla, Chiapas, Tabasco, Veracruz, San Luis Potosí, Guerrero y Tamaulipas
tuvieron los índices más bajos de todo el país.
La medición
realizada en 2011 indica que la deserción en zonas urbanas fue mayor en tres
puntos porcentuales a la que se registró en localidades rurales.
La encuesta
que dio a conocer la
Secretaría de Educación Pública (SEP) reporta que entre el
ciclo escolar 2000-2001 y 2011 se realizaron 39 millones 744 mil 317
inscripciones de alumnos en alguno de los sistemas y niveles del bachillerato.
En la
evolución del sistema educativo se identifica que en ese periodo se registraron
6 millones 510 mil 487 desertores totales, esto es, 16% —en promedio— abandonó
la escuela.
La
estadística que recopiló la
Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas, a
través del cuestionario 911 en las 32 entidades, no refiere cuántos de los que
abandonaron sus estudios lo hicieron de manera definitiva o se convirtieron en
reincidentes del abandono escolar por haber abandonado sus estudios de forma
temporal.
El estudio
muestra que a lo largo de esos 10 años los “desertores totales” se
incrementaron, por año, en términos absolutos, al pasar de 501 mil 520 alumnos
en el ciclo 2000-2001 a
624 mil en el periodo 2007-2008.
En 2008 y
2009 la proporción se redujo hasta 605 mil 567 estudiantes, pero para el ciclo
2010-2011 el abandono retomó su tendencia e hizo que 625 mil 142 alumnos
quedaran fuera de la escuela.
La tendencia
Combinar los
estudios y el trabajo fue una alternativa para una tercera parte de quienes
estudiaban el bachillerato, pero a pesar de obtener ingresos mensuales de poco
más de 3 mil pesos, dejaron las aulas.
En cambio,
quienes continuaron con sus estudios y tuvieron la necesidad de trabajar hasta
20 horas a la semana, obtuvieron ingresos por 2 mil 392 pesos mensuales, en
promedio.
“Uno de los
motivos posibles para decidir trabajar y estudiar al mismo tiempo es la
necesidad de obtener dinero para aportar al hogar o para poder continuar con
los estudios”, se explica en el documento.
El reporte
identifica también desigualdad en las oportunidades de empleo, tan sólo por la
condición económica que tienen: “Los jóvenes con mayor nivel socioeconómico
tuvieron un ingreso mensual promedio 38% mayor que el de los jóvenes de menores
ingresos”.
En la
presentación de la encuesta, que encargó la SEP el año pasado, como parte de las acciones del
programa Síguele, el ex secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova
Villalobos, afirma que “el fenómeno de la deserción obedece a diversos factores
como el ingreso en el hogar, las costumbres familiares o de la comunidad, e
incluso a la necesidad de mantener una nueva familia, por lo que trasciende el
ámbito escolar”.
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