domingo, 2 de junio de 2013

Las lecciones fallidas de Calderón; Enrique Peña Nieto sigue el ABC de su antecesor que dejó 70 mil muertos


 Por: Redacción / Sinembargo - junio 2 de 2013 - 0:05 Destacadas, México, TIEMPO REAL, Último minuto - 3 comentarios   Otra vez Michoacán es el punto de arranque de la estrategia federal de seguridad. Foto: Cuartoscuro Ciudad de México, 2 de junio (SinEmbargo).- El 22 de mayo, el Presidente de México Enrique Peña Nieto, empezó su estrategia de seguridad justo donde su antecesor lo había hecho: en Michoacán.
 En 2006, un gran despliegue de fuerzas de todos los niveles de gobierno se dirigió a esa entidad con el objetivo de poner freno a la violencia ejercida por el grupo delictivo de La Familia y el resto de los cárteles del crimen organizado. 
Seis años después, el saldo de esa guerra fueron 70 mil muertos –reconocidos oficialmente- y más de 26 mil desaparecidos.
 Las comparaciones entre Peña y Calderón no se hicieron esperar, no sólo porque ambos arrancaron su estrategia de seguridad en el mismo estado, sino porque el plan en sí es muy similar, a pesar de que el Gobierno Federal ha tratado de marcar las diferencias.
 La primera similitud entre el programa de Peña Nieto y el de su antecesor es el mantener al Ejército en las calles para tratar de contener a la delincuencia organizada.
 Si bien es cierto que fue idea de Calderón desplegar 45 mil militares para los operativos de seguridad, el 4 de diciembre de 2012, apenas a tres días de haber asumido el cargo, EPN anunció que efectivos del Ejército y la Marina continuarían en las calles en labores de seguridad pública, hasta que se desarrolle una nueva política en la materia que permita su regreso a los cuarteles.
 En un reportaje publicado el 22 de mayo, el diario estadounidense The Washington Post publicó un reportaje en el que advertía la similitud entre ambas estrategias y advertía que lejos de arrojar resultados, con el calderonismo aparecieron los Caballeros Templarios y los grupos de autodefensa.
 Al asumir la Presidencial, el 1 de diciembre, Peña fijo como el primero de sus cinco ejes de Gobierno, el “lograr un México en paz, trabajando en una estrategia nacional para reducir la violencia”.
 Aunque Calderón se presentó en un inicio como el “Presidente del empleo”, a los pocos meses dio un viraje a su política y estableció la seguridad como su prioridad presentando su Plan Integral contra la Delincuencia.
MÁS ALLÁ DE MICHOACÁN El Global Post también hizo, durante mayo, un comparativo entre las dos estrategias, pero no sólo en el caso de Michoacán sino también en la forma de enfrentar a la delincuencia organizada, con fuerzas castrenses.
 “Realmente no hay otra alternativa a la militar”, dijo el sitio estadounidense el analista en materia de seguridad, Raúl Benítez. La falta de confianza en las policías es uno de los factores que juega en contra del Gobierno de Peña, situación que persiste desde la anterior administración en la que al igual que en la actual se anunció una limpia de las corporaciones y la instrumentación de controles de confianza para tener mejores cuerpos de seguridad. Calderón buscaba enfrentar a los criminales con una reconstrucción de policías y ministerios públicos, mientras que EPN, a través de sus voceros, ha comunicado que en su administración habrá “cero tolerancia a la corrupción policial”.
 La estrategia de seguridad peñista ha orillado a los estados a emprender una especie de blindaje en sus colindancias con otras entidades para evitar el llamado “efecto cucaracha”, es decir, que ante el combate frontal que se hace de la delincuencia en estados como Michoacán, esta migre a poblados cercanos.
 El 28 de mayo, el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, anunció que ante el operativo que realizan fuerzas federales en Michoacán, solicitó mayor vigilancia en las regiones de Costa Grande y Tierra Caliente para evitar que la delincuencia organizada huyera y se refugiara en la entidad.
 “Junto con el gobierno federal vamos a aumentar la presencia de elementos castrenses y Policía Federal para blindar nuestras fronteras con Michoacán; no permitiremos que la delincuencia venga a contaminar nuestro estado”, dijo Aguirre. 
A principios de año, el gobierno del Distrito Federal reforzó la vigilancia en sus límites con el Estado de México, tras una serie de ejecutados y colgados que aparecieron en distintos municipios mexiquenses.
 En tiempos de Calderón, otros mandatarios tomaron medidas similares, por ejemplo, Guanajuato y Jalisco establecieron controles para evitar que la delincuencia michoacana emigrara a sus entidades. Con unidades deportivas, el calderonismo intentó frenar la delincuencia entre los jóvenes.
 MODELO SOCIAL CONTRA LA DELINCUENCIA Otra de las estrategias de Calderón fue el tratar de combatir la delincuencia con modelos sociales, hace un año, anunció la estrategia integral de reconstrucción del tejido social, en ciudades con altos índices delictivos como Acapulco.
 Su programa incluía cinco puntos de atención: educación, salud, pobreza, desarrollo económico y recuperación de espacios públicos para que los jóvenes no fueran presa fácil para los grupos del crimen organizado, principalmente en estados con altos índices de violencia como Chihuahua, Michoacán y Guerrero.
 El 12 de febrero, la administración de Enrique Peña anunció el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, que busca privilegiar la aplicación de programas sociales sobre las operaciones policiales y militares, como parte de su estrategia de seguridad de combate al crimen y la violencia. 
Este plan implica una inversión de 118 mil millones de pesos por parte de nueve secretarías del gobierno federal que promoverán entre otras cosas la creación de empleos y mayores oportunidades educativas y deportivas para jóvenes, en un intento de evitar que se vean atraídos por la delincuencia organizada.
 La estrategia se aplicará en 251 municipios del país que se han visto afectados por la violencia en los últimos años, el de Calderón se aplicó en más de 300.

No hay comentarios:

Publicar un comentario