viernes, 23 de noviembre de 2012

FELIPE CALDERON EN LA CEREMONIA EN EL DIA DE LA ARMADA DE MEXICO


  Como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, me llena de orgullo estar aquí, nuevamente, en Veracruz, y en mi calidad de Presidente de la República, por última vez, en esta Histórica Escuela Naval, para encabezar esta Ceremonia con motivo del Día de la Armada de México, una de las instituciones más honorables y más respetadas del país.
            Comienzo por rememorar que hoy se cumplen 187 años, desde aquel glorioso 23 de noviembre de 1825, fecha en que el Capitán de Fragata Pedro Sáinz de Baranda, logró la rendición del último bastión español, que permaneciera en nuestro territorio después de haberse declarado, no sólo la Independencia de México, sino, incluso, aprobada nuestra primera Constitución formal.
            Con la capitulación y el desalojo de los soldados españoles del Castillo de San Juan de Ulúa, que, remozado, entregamos al pueblo de Veracruz el día de ayer, se consolidó la Independencia Nacional y se izó, por primera vez, el pabellón tricolor en esa fortaleza y en todo el territorio de México.
           Esa fue la primera proeza y el inicio de la Marina Mexicana, de la Marina Armada. A lo largo de nuestra historia como Nación independiente, los hombres del mar han dejado constancia de esa vocación de servicio y amor a la Patria. En diversas ocasiones, han enfrentado amenazas que han puesto en riesgo la seguridad y la libertad de los mexicanos. Y recordamos siempre el glorioso acontecimiento, la gesta heroica del Teniente José Azueta y del Cadete Virgilio Uribe, quienes, también, aquí en Veracruz, en abril, pero de 1914, ofrendaron sus vidas para defender a México frente a la invasión norteamericana.
           Por hechos como estos, la historia de Veracruz y de México no puede entenderse sin su Marina Armada, que está llena de páginas de honor, de valentía y de lucha sin claudicaciones.
            Sé muy bien que esos ejemplos de patriotismo no están sólo en el pasado. Siguen vivos, en un presente cotidiano y nuestro aquí mismo, en Veracruz, dado que la Marina Armada de México se ha constituido en leal y eficaz custodio de la seguridad de las familias veracruzanas.
             La memoria de nuestros marinos y el testimonio de quienes hoy sirven al país en la Armada de México y protegiendo a los mexicanos, es, precisamente, un elemento constitutivo fundamental de nuestra identidad nacional y de nuestro orgullo como Patria.
             Aquí, en esta Academia, se están preparando los marinos para servir a la Patria en las filas de nuestras instituciones navales.
             Por eso, me da mucho gusto que hoy estemos reunidos para celebrar diversos eventos que revisten una gran importancia y son parte de una larga tradición de esta noble institución.
             En primer lugar. Estamos clausurando el Curso de Adiestramiento Básico Naval de los Cadetes de Primer Año, de la Generación 2012-2017, así como el Curso de Adiestramiento Especializado de Oficiales de Infantería de Marina, Generación 2012.
            En ambas generaciones, me alegra mucho observar la creciente y vigorosa participación de mujeres en las filas de la Marina Armada de México y, particularmente, en esta Escuela Naval; ver cómo avanzan en su desempeño y asumen posiciones, ya, de liderazgo entre sus compañeros.
             A partir de hoy, los 255 cadetes noveles que concluyen el curso básico, se integran plenamente a las actividades que realizan los cadetes antiguos, y los 48 oficiales que finalizan su curso de nivelación a Ingenieros Topógrafos, se incorporan a los diversos Batallones de Infantería de Marina que se encuentran operando en los litorales de la República Mexicana.
             Así, la Heroica Escuela Naval Militar, cumple su alta encomienda de formar oficiales para la Armada de México, mujeres y hombres capacitados bajo los más estrictos programas y forjados con los más altos valores que demanda nuestra Nación: disciplina, honor, lealtad, cumplimiento del deber y patriotismo.
             Ustedes, jóvenes cadetes y oficiales, forman parte de una Institución con una sólida tradición de excelencia. Durante su preparación y desarrollo profesional, deberán mantener vivo el respeto, la gratitud, la admiración que el pueblo de México siente por su Marina Armada.
             Los principios y valores que reciben en las aulas y buques de esta escuela, se deberá convertir en la guía que los encauce durante toda su vida.
             En segundo lugar. Hoy, ponemos en sus manos el nuevo Hospital Sanatorio Naval y los comedores, recientemente construidos, de la Heroica Escuela Naval Militar, obras que implicaron una inversión superior a los 344 millones de pesos.
             Con instalaciones más modernas, esta Institución se encuentra en condiciones de brindar mejores servicios, tanto médicos como alimenticios, a todo el personal que se encuentra adscrito a esta Zona Naval.
             En especial, la creación del Sanatorio es una obra vital para que ustedes, sus esposas, sus hijos, no tengan que ir a otros lugares para recibir la atención que merecen.
             Este hospital contará con especialidades médicas, como traumatología y ortopedia, anestesiología, ginecología y obstetricia, radiología, medicina física y rehabilitación, entre otras. Todo ello forma parte del trabajo que hemos realizado durante este sexenio para dotar a nuestra Marina de infraestructura y equipamiento de vanguardia.
             En efecto, durante estos años hicimos un esfuerzo singular por modernizar la flota naval nacional. Tan sólo hace unos días abanderamos otro buque de apoyo logístico, el Buque Libertador, con una eslora de 100 metros, que es el segundo buque de mayor tamaño construido en los astilleros de Marina Armada de México; el otro, también buque de aprovisionamiento, es Montes Azules, que abanderamos el año pasado. Ambas naves son orgullo de la industria naval mexicana.
             Sin embargo, amigas y amigos, si consideramos estos buques logísticos, las patrullas marinas, las patrullas oceánicas, las patrullas interceptoras, hemos dotado a la Marina Armada de México en estos seis años de 70 unidades de superficie nuevas, que ahora cuidan celosamente los mares mexicanos y, también, están al servicio de las familias de nuestro país. También, invertimos en dotar a la Marina Armada de México de helicópteros, aviones. En fin.
            El Gobierno Federal, a mi cargo, refrenda la importancia que tiene esta gran Institución como pilar del Estado mexicano con hechos, y se congratula de haber contribuido al fortalecimiento de la Marina Armada de México.

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